El Valladolid se clasificó ayer para la segunda eliminatoria del play-off de ascenso a Primera tras volver a ganar a un Sporting que llegó muerto a la última fase de una temporada en la que no ha podido cumplir con el objetivo del ascenso. Los rojiblancos tenían que remontar un 3-1 adverso del partido de la ida, pero confiaban en lo que durante toda la semana estuvieron llamando «efecto Molinón», pero en esta ocasión el apoyo del público, que lo tuvieron durante los 90 minutos, no sirvió para nada. Baraja sorprendió cambiando a los dos laterales, devolviendo a Lora al derecho y situando a Isma López, un hombre de carácter más ofensivo, en el izquierdo en lugar de Canella, mientras que el resto del equipo fue el habitual a lo largo de la temporada. Técnico y jugadores habían pedido que El Molinón presionase y lo hizo ya desde el calentamiento pero el Sporting jugó demasiado precipitado.