Hoy se cumple el 25 aniversario de la inauguración del Nuevo Arcángel, y en aquel partido, jugado ante el Recreativo de Huelva, fue esencial Antonio Valentín Casanova, extremo izquierdo que deslumbró en el Córdoba entre los años 1984 y 1988 por su velocidad, técnica y desparpajo. En su segunda etapa en el club blanquiverde tuvo el honor de ser titular en el estreno del nuevo estadio y de marcar el primer gol de ese recinto. Valentín recuerda perfectamente la fecha, el contexto y la jugada en sí que inauguró las redes del Nuevo Arcángel. «No quise dar mucho tiempo, quería que llegase pronto el primero», dice Valentín, con una sonrisa de oreja a oreja. Es sin duda un hombre peculiar, siempre sonriente, con una memoria prodigiosa y que se nota que vivía el fútbol, y lo sigue viviendo, con una pasión desbordante. Sus frases son un torrente de detalles sobre su etapa como jugador del Córdoba, de cariño hacia el club blanquiverde y de recuerdo a su propio papel, tanto en la entidad blanquiverde como en el Real Betis, el otro equipo de su corazón.

-Fue el 7 de noviembre de 1993, con el Nuevo Arcángel repleto.

-Fue un partido oficial de Liga, justo esa fecha. El campo todavía no estaba en perfectas condiciones, había muchas deficiencias. Se inauguró contra el Recreativo de Huelva, el Decano del fútbol español. Conseguimos ganar cuatro a cero, con el campo lleno, tanto las gradas como los pasillos. La gente llegaba en masa desde la ribera, fue un partido especial. Domingos anteriores teníamos que viajar por la provincia, y ese partido fue el inicio de un proyecto que buscaba que el Córdoba subiese a Segunda.

-¿Cómo recuerda el gol?

-Todos teníamos muchas ganas de jugar aquel partido, y entre compañeros comentábamos quién podía ser el que marcase el primer gol en el nuevo estadio. Porque siempre queda eso ahí, para toda la vida. Se dio la circunstancia de que no quise dar mucho tiempo, quería que llegase pronto el primero, porque a los cinco minutos llegó el gol (risas). Fue una jugada en la que se internó por la derecha Julio Algar, realizó un buen centro y entramos al remate Loreto al primer palo, Nandi al punto de penalti y yo al segundo. Tal como me vino el balón controlé con el cuerpo, rápidamente golpeé y entró. Le di con la derecha. Siempre he sido diestro, pero es cierto que he manejado las dos piernas.

-Sus comienzos en el Córdoba fueron complicados.

-Sí, estuvimos viajando por la provincia antes de que se terminase el campo nuevo. Pero es que antes, cuando debuté con 19 años, el Córdoba estaba a punto de desaparecer. Bajamos a Tercera y por suerte lo cogió don Rafael Campanero, puso de primer entrenador a Josu Ortuondo, con un equipo en el que el 99% era gente de Córdoba. Aquella temporada formamos una gran familia. Siempre digo que ese año, la campaña 84/85, me marcó mucho. Ascendimos a Segunda B, esa temporada es cuando comencé a jugar asiduamente con el primer equipo. Subimos en Valdepeñas con un 0-1 en el que marqué yo el gol. Siempre he estado agradecido a la afición del Córdoba, siempre estuvo a mi lado y me apoyó. Y cuando me preguntan digo que yo soy cordobesista. Es cierto que tuve la oportunidad de ir luego al Betis y por lo que viví allí también soy bético.

-¿Es cierto que se fue al Betis cuando lo tenía hecho con el Sevilla?

-Fue un fichaje sonado. Muchos amigos me recuerdan que se hicieron del Betis cuando yo me fui allí. Veían al Betis para ver a Valentín, el cordobés. Hacía más de 20 años que el Córdoba no vendía a un jugador a un club de Primera. Y coincidió que me traspasaron a mí, en un fichaje en el que el Betis pagó más de 30 millones de pesetas además de jugar luego un partido en Córdoba. Estuve a punto de firmar por el Sevilla. Me reuní un jueves con Cuervas, que en paz descanse, y habíamos acordado firmar por el Sevilla. Y el lunes resulta que firmé con el Betis.

-¿Qué pasó en ese fin de semana?

-Pues yo me volví a Córdoba, pero no estaba muy convencido. El sábado se presentaron en Córdoba Luis del Sol y Ramón Tejada, y yo no quería traicionar al Córdoba, quería serle fiel al club que me había dado la oportunidad de ser futbolista. Estaba todo casi hecho el jueves con el Svilla, pero el sábado vinieron del Betis. Yo no quise hacer nada a espaldas del Córdoba y quería que el club saliese lo más beneficiado, que cogiese cuanto más dinero pudiera, mejor. Aquel domingo jugué mi último partido con el Córdoba y me lesionaron. Me dieron una patada de la que aún conservo una cicatriz enorme en la pierna, a los 18 días me tuve que operar en Madrid. El Betis se portó muy bien conmigo, no me rompió el contrato y después de recuperarme ya me incorporé al club, sobre tres meses después de la operación. Y cuando reaparecí, debuté con el Betis en Cádiz, que recuerdo que perdimos 4-1. Era el Cádiz de Mágico González, los Mejía, Carmelo…Fui apareciendo poco a poco en el equipo, normalmente saliendo en los segundos tiempos.

-¿Recuerda su primer partido como titular en el Betis?

-Mi primer partido como titular allí fue el 17 de abril del 1988, Domingo de Ramos, ganamos 1-0 y marqué yo el gol, contra el Valladolid. Era importante porque nos jugábamos el mantenernos en Primera División, era de las últimas seis jornadas. Aquel encuentro se lo ganamos a Fenolli, Fernando y Manolo Hierro, Fonseca y compañía. Luego marqué un par de goles más y contribuí a que el Betis mantuviese la categoría.

-Y de ahí a tener una peña bética con su nombre...

-Un chaval con siete años fue con su padre al Gol Sur, aquel partido, que fue su debut en la grada del Villamarín. 27 años después, un día que fui a ver al Betis en Segunda, también contra el Valladolid, se acercó un muchacho de 30 y tantos años, recordándome ese gol. Le narré el partido, el chaval estaba emocionado y a mí también se me pone el vello de punta recordándolo. Entablamos una pequeña amistad con otros amigos suyos, hablamos del Betis y a los ocho meses me llamó por teléfono. Dieron el paso de hacer una peña, tenían formado los escudos, las banderas, todo preparado, solo para mi visto bueno. Solo pedí que el nombre del Betis estuviese arriba, acompañando al mío, por supuesto. Así nació la peña que lleva ni nombre, ya está inscrita en el registro de las peñas béticas. Lo último que supe es que estuvieron en San Siro, donde el Betis le ganó al Milan, y me pasaron fotografías con la bandera de la peña. Puedo decir que ‘Valentín estuvo en San Siro’. Me enorgullece que me manden mensajes béticos desde Vietnam o desde San Siro.

-¿Su familia es bética o cordobesista?

Mis padres son cordobesistas, socios del Córdoba de toda la vida, a mi padre siempre le gustó el fútbol. De pequeño me llevaba al campo del Córdoba, y desde pequeño mi ilusión era jugar en el Córdoba CF, es lo que yo quería. Cuando tuve expresiones más altas quería ir más arriba. Hubo varios equipos interesados, pero yo personalmente decidí ir al Betis, aunque el Sevilla y otros clubs me quisieron. El Betis fue serio, más formal y más directo. Luego en el Betis me pilló una época difícil, complicada, económica e institucionalmente.

-¿Y como ve al Córdoba ahora?

-En el fútbol se pasa de bueno a malo en pocos segundos. El Córdoba ha empezado la temporada con muchos altibajos, por circunstancias deportivas y extradeportivas que no fueron beneficiosas, con cambios de entrenador en verano, jugadores que no podían firmarse por el límite salarial. Ha habido un cúmulo de cuestiones negativas. Pero el equipo es el que es, hay que trabajar y luchar con lo que tenemos. Esta Segunda División es muy igualada y en los últimos partidos el Córdoba se ha asentado a nivel deportivo. Institucionalmente debemos intentar que el club tenga tranquilidad, no se puede estar hablando cada día de cosas que no sean del terreno de juego, del campo. Pero el equipo en los últimos partidos tiene más consistencia, se le ve más fuerte y eso hace que comiencen a llegar los resultados. Hay que salir poco a poco de ahí abajo, no descolgarse para que no se complique en exceso la cosa. Es verdad que no tenemos la posibilidad de firmar futbolistas en invierno pero yo creo que, con tranquilidad, el Córdoba puede estar ahí y al final intentar conseguir la permanencia, que es lo fundamental. Y poco a poco, con consistencia institucional, ir creciendo.

-¿Cree que ante el Extremadura se dio una zancada adelante?

-Yo lo dije en la radio, donde colaboro en cada partido antes de que nos marcasen el 1-2 y con uno menos, que lo importante era que no nos cogiesen las espaldas, porque podíamos ganar el partido. El Extremadura se iba muy arriba y dejaba muchos espacios entre líneas, tardando de recuperar la posición cuando perdían el balón. Pensaba que podíamos ganar aún con 1-2 y un jugador menos. Se dio la circunstancia de que al poco rato vino el 2-2 y el Extremadura yo creo que no supo jugar el partido. Vinieron luego el tercero y el cuarto, y el Córdoba dio un golpetazo fuerte, sacó raza. Ese partido ha sido muy positivo de cara a los que vienen ahora. Hemos dado un paso moral y psicológicamente. El equipo demostró que supo leer el partido, fue más inteligente que el Extremadura. Incluso contra el Getafe, aunque perdimos, creo que hicimos el partido más completo, ante un equipo de superior categoría y con más calidad. Y ante el Deportivo, que era un equipo superior, pudimos incluso haber ganado. Y en Gijón pudimos haber conseguido, tal vez, algo más que el empate. El Córdoba ha dado un pasito adelante en sanciones en las últimas semanas, podemos pensar que puede aspirar a tener un poco de tranquilidad, que hagamos una temporada sin tantos apuros.

-¿Cree que Córdoba, como ciudad y como club, tiene empaque para estar más arriba en el fútbol?

-Sí, por supuesto. Considero que Córdoba a nivel de club y de ciudad, como mínimo, merece estar cada año en los puestos de arriba de la Segunda División. Tenemos afición, tenemos estadio, reunimos todos los condicionantes. Con la posibilidad de hacernos fuertes deportiva e institucionalmente y aspirar a estar en Primera, sin pasar por lo que pasamos tras el último ascenso a Primera.

-¿Se perdió una oportunidad histórica para hacer una base en Primera?

-Sí, fue una gran oportunidad perdida para haber podido hacer una buena base como club en la élite, haber hecho afición, que la gente hubiese disfrutado, porque la segunda vuelta fue un desastre. Había que haberle dado vida a la afición de Córdoba, a esos socios que pagaron su carné. Todos los problemas económicos que llegaron luego son consecuencia de que años atrás no se hicieron las cosas todo lo bien que debieron hacerse. En Primera, con esa fortaleza económica y de ciudad que tenemos, era para habernos hecho fuertes, con una base que aunque desciendas puedas volver a subir pronto. Perdimos una oportunidad grandísima, desde el descenso hemos ido a menos. Porque Córdoba, como ciudad y como afición, no tiene nada que envidiarle a nadie. Podríamos estar en la élite del fútbol español.

-Hay equipos en Primera que meten menos gente en el campo que el Córdoba en Segunda.

-Es que pocos equipos tienen 15.000 socios y llenan en muchas ocasiones su estadio. Tenemos que aprovechar ese potencial, al aficionado hay que darle lo mismo que le da al club. Si el aficionado aporta, el club debe darle esa pequeña posibilidad de que se sienta orgulloso, sienta que el Córdoba es suyo. Por una cosa o por otra no se ha podido hacer. Con la llegada de Jesús León, en las últimas jornadas, la afición y la ciudad se vino arriba y se logró la permanencia. Esta temporada, tras el arranque que hemos comentado, espero que con más tiempo estemos luchando por ascender a Primera. Y que institucionalmente haya tranquilidad y fortaleza. Siempre han salido futbolistas cordobeses, hay que trabajar con paciencia para darles la oportunidad a los jugadores de cantera. Aunque esto es más fácil hablarlo que hacerlo, hay muchas circunstancias alrededor. Hay que intentar que los niños cordobeses sean del Córdoba. Mi ilusión de pequeño era jugar en el Córdoba CF, y tuve la oportunidad, lo que fue un orgullo para mí. Hay que transmitir esa idea a los niños de la ciudad y de la provincia, que entiendan que tienen posibilidades de jugar en el club de su tierra.

-¿Cómo ve el proyecto de Jesús León?

-Bueno, no sé con certeza como está la situación, he leído y oído cuestiones. Pero ese tipo de cosas no son beneficiosas para el club. La temporada pasada León, con su llegada, dio un vuelco a la ciudad. El Córdoba estaba decaído, la gente estbaa muy enfadada, y con su llegada ambientó a la ciudad y respondió. Y el equipo mantuvo la categoría. Pero esta temporada cada día ha habido un problema, no es tan fácil. Realmente no sabemos la raíz del problema, y sin saberlo es muy complicado analizarlo. Pero hay que tratar de ir limpiando, poco a poco, para crear una base consistente. Que sepamos los pasos adecuados. No podemos dar una zancada hoy y dar tres mañana. Es importante, también para el futbolista, que haya tranquilidad, trabajo y confianza. Con esos ingredientes se pueden conseguir metas. Luego llegarán los frutos, pero sabiendo hasta dónde podemos llegar. No podemos querer estar ya en Primera, hay que partir desde el principio, e ir haciendo un club fuerte.

-¿Esa base puede partir de salvar la categoría esta temporada?

-Claro, y más con la situación actual. ¿Quién te dice que ganamos tres partidos y al final de temporada nos metemos en los play-off? El equipo ha ido limitado por sus circunstancias. Ahora lo principal es mantener la categoría, y a partir de ahí, lo que venga, bienvenido sea. Pero falta esa seguridad en el club, que no aparezcan día tras día noticias que no son beneficiosas para la entidad. Que los futbolistas que queramos firmar sepan que el Córdoba CF es un club con estabilidad. El jugador ante todo quiere estar tranquilo, disfrutar de su trabajo y que no haya problemas. Al futbolista hay que tenerlo lo más contento y a gusto posible.

-¿Hay algún jugador que le recuerde a usted como futbolista?

-Bueno, yo era un futbolista con mucha velocidad. Tal vez mi estilo fuese parecido a Jovanovic un jugador con características parecidas, con desequilibrio, que al final es lo que marca la diferencia. Da igual el que marque el gol de la próxima salvación, lo importante es que el Córdoba mantenga la categoría para que podamos seguir disfrutando de nuestro equipo.

-¿Y un entrenador con el que se identificase durante su etapa como jugador?

-Josu Ortuondo. Él me hizo debutar como jugador con 19 años, y cuando volvió al Córdoba estuve con él de segundo técnico. A los siete u ocho partidos lo echaron y pasé al cuerpo técnico. Al siguiente año estuve con Fernando Castro, también de segundo, aunque también duró muy poco, era la época de Rafael Gómez y los entrenadores duraban muy poco. Yo, personalmente, tengo un grato recuerdo de Ortuondo, porque fue el que me hizo debutar. Hay muchísimas cosas de su primera etapa en el Córdoba que se me quedaron, y me identifico en muchas de las ideas y valores que nos transmitía. Es un tío dicharachero, en la distancia corta es muy amable. Roque Olsen era un hombre más serio, de otra época. También recuerdo bien a Escalante, con el que me identifiqué mucho. Le echaron después de un ascenso, el fútbol no tiene memoria, un día eres bueno y al siguiente no. Yo he sido uno de tantos en el Córdoba, bueno o malo, pero en medio no. Siempre digo un poco en broma que prefiero que se hable bien de mí o que se hable mal. Que hablen de uno, eso es lo importante, si me dicen cosas bonitas, pues mejor (risas).