El mejor jugador del Córdoba en la derrota blanquiverde en Alcorcón gana 700 euros al mes, un futbolista por hacer que corrió durante una hora como si no le fueran a llamar de nuevo para el primer equipo, como si tuviera esa única oportunidad en la vida aunque tenga solo 19 años y que anotó el gol cordobesista que generó ilusiones en no pocos aficionados. Luego, otros, devolvieron a esos mismos aficionados a la realidad. Tres futbolistas de los que terminaron en el ajustadito campo alfarero suponen un coste para el club de 1,2 millones de euros, más del 25% del coste de la plantilla.

Nadie puso a nadie una pistola en el pecho para firmar esos contratos, aunque sí se puede afirmar que viendo el rendimiento -regular y destacado- de otros tres y que suponen un coste cuatro veces menor, el mal de este Córdoba está más que identificado: la clase media y baja le está funcionando, con sus lógicos problemas e irregularidades. Sin embargo, aquellos llamados a tirar del carro, a tomar la responsabilidad dentro y fuera del terreno de juego, los que han de ser los que den un golpe, tanto en el verde como detrás de la puerta del vestuario, son los que hacen mutis por el foro, miran al techo o al cielo silbando y prefieren recibir ellos el golpe. Total, el contrato está ahí. Y mientras, el que sufre es el equipo, el club, los seguidores y, finalmente, la propia ciudad. Siempre habrá quien mire a exdirigentes, a dirigentes actuales, a una parte de la afición, a la prensa, al cuerpo técnico y hasta al empedrado antes que señalar dónde está el verdadero problema de este Córdoba. No cuesta mucho trabajo.

Ya en la previa, vistas las bajas por sanción, salidas de jugadores y alguna lesión se intuía que el partido debía ir perfecto, sin ningún contratiempo, porque las alternativas al once titular no eran precisamente amplias y mucho menos de garantías. Como decía un exentrenador blanquiverde, «las garantías, en las cafeteras». Curro Torres varió el esquema y le salió en el primer tiempo. El 1-4-4-2 que planteó se hacía sobre la base de ejecutar el típico partido en Alcorcón. Y funcionó. Los locales tiraron una sola vez a puerta en esa primera parte y gracias a un error garrafal de Jesús Valentín que, con la mano, dejó el balón muerto en el área para que Marco Sangalli rematara a placer. Por suerte, Carlos Abad estaba allí para deshacer el enésimo entuerto del canario con una prodigiosa parada. Mucho centrocampismo para que cada uno de los dos equipos tuvieran su oportunidad. Y el Córdoba, al contrario que el Alcorcón, aprovechó la suya gracias a la pillería e insistencia de Andrés Martín, que rebañó un rechace de la defensa alcorconera para cruzar el balón a Dani Jiménez. Por segunda vez en esta temporada el Córdoba se adelantaba en el marcador fuera de casa y por primera vez se iba al descanso con ventaja, incluso.

El problema seguía siendo el mismo: el rival iba a tener alguna variante, el cansancio físico haría mella y las alternativas seguían siendo las mismas: casi ninguna. Aun así, en el primer cuarto de hora de la segunda parte, el equipo de Curro Torres tuvo sus opciones y no supo, no pudo o no quiso verlas. Los amarillos salieron con dudas y faltó ese paso adelante para generar miedo al equipo de Cristóbal Parralo. Nadie tomó el timón, nadie sacó carácter -entre los que debían hacerlo-, nadie se fue a por el partido viendo el flan de vainilla en el que se convirtió el Alcorcón. Por el contrario, Burgos empezó a aparecer mandando balones largos a las bandas y con Andrés Martín cada vez con menos fuelle nadie decidió apretar los dientes. Así que los locales empezaron a crecer. Los que han ido al Santo Domingo más de una vez conocen esa sensación que transmite el Alcorcón cuando se ve dueño del partido y empequeñece al rival. Y eso ocurrió.

El portero Dani Jiménez impide el remate del delantero Piovaccari. SERGIO REYES / LOF

Si Curro Torres puso a dos laterales izquierdos en la banda para tapar a Sangalli (cinco asistencias y dos tantos de los 22 goles que había anotado hasta ayer el Alcorcón) y le funcionó, el peligro llegó por el otro lado. Nono fue aclamado por la escasa afición alcorconera tras su partido y fue protagonista de la jugada que supuso el empate local, obra de Juan Muñoz, después de que ni uno de los centrales blanquiverdes ni cerrara ni reaccionara a tiempo. Y lo hubo. Pero el 1-1 subió al marcador.

El Córdoba intentó que el duelo volviera a lo de la primera parte, al centrocampismo sin peligro para ambos, pero el Alcorcón no firmaba el empate ni estaba dispuesto a renunciar a la ventaja anímica y futbolística que ya había atesorado. Para colmo, el segundo tanto llegó en una nueva muestra de desidia defensiva. Borja Galán centraba casi desde el banderín de córner sin que Javi Galán lograra interceptar el pase. Víctor Casadesús, que llevaba marcador fuera del área blanquiverde, entró en esta solo, sin oposición, a pesar de que Fernández intentó cerrar en el último momento, sin éxito. Los cambios, como se podía esperar desde antes de comenzar el encuentro, no aportaron absolutamente nada, por lo que la reacción blanquiverde era una quimera ante un rival que llevaba dos meses sin lograr una victoria y al que hasta un equipo como el Reus -con un coste de plantilla muy inferior al blanquiverde- logró ganar en el Santo Domingo cuando ya estaba desahuciado.

Un ejemplo, otro de tantos, de que una cosa es lo que cuesta una plantilla y otra, muy diferente, es lo que vale. En el caso de la blanquiverde, ha dado muestras de que hay elementos que valen mucho más de lo que cuestan y todo lo contrario. Y ese es el lastre que está pagando este Córdoba. Un lastre carísimo, deportiva y económicamente hablando.

- Ficha técnica:

2 - Alcorcón: Dani Jiménez; Felipe (Borja Galán, min.56), Burgos, David Fernández, Bellvís; Sangalli, Eddy, Toribio, Nono; Casadeús (Rodas, min.84) y Juan Muñoz (Sandaza, min.72).

1 - Córdoba: Abad; Fernández, Luis Muñoz, Jesús Valentín, Javi Galán; De las Cuevas (Javi Lara, min.85), Álex Vallejo, Araujo (Blati Touré, min.69), Quezada (Jaime Romero, min.76); Andrés Martín y Piovaccari.

Goles: 0-1, min.39: Andrés Martín. 1-1, min.60: Juan Muñoz. 2-1, min.77: Casadesús.

Árbitro: Ocón Arráiz (comité riojano). Mostró cartulina amarilla a Quezada (min.17), Javi Galán (min.49) Eddy (min.53), De las Cuevas (min.61) y Sangalli (min.81).

Incidencias: encuentro correspondiente a la jornada veintitrés de LaLiga 123 disputado en el estadio de Santo Domingo ante unos 3.000 espectadores.