Andrés Iniesta jugó su última final de la Copa del Rey de fútbol. Y lo hizo a lo grande siendo capitán, mandando en el campo, ‘limpiando’ rivales en el césped del Wanda Metropolitano y levantando una Copa al cielo de Madrid, que fue celebrada por los hinchas del Barcelona en toda España.

Era su título número 31 con el Barcelona. Su futuro está en China. Por eso, cada sorbo de un nuevo título es más especial que nunca. Iniesta es el futbolista más querido de España desde que dio el Mundial a su selección en 2010. Y cuando subió al palco de autoridades a recoger el trofeo de manos dey Rey Felipe VI, todo el mundo le saludó con pleitesía. Feliz su presidente, Josép María Bartomeu, el del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo; el de la Junta Gestora de la RFEF, Marcelino Maté. Nadie pone pegas a Iniesta cuando abraza un trofeo.

Incluso a sus rivales, si te gana Iniesta, parece que la derrota es más dulce. El de Fuentealbilla es patrimonio nacional. Los aficionados pueden estar disfrutando de los últimos minutos de Iniesta en una Liga que ha crecido de forma exponencial en el mundo, entre otros factores, gracias a su arte.

La mejor croqueta

Michael Laudrup le enseñó la ‘croqueta, esa jugada de uno contra uno, que te enseña la pelota y te la esconde al mismo tiempo. Iniesta dribla y se va. Eso es lo más caro en el fútbol de hoy en día. La magia, la finta, el regate y su visión periférica que le permite dirigir la orquesta del Barcelona como lo hizo esta noche ante el Sevilla. Iniesta movió al Barcelona a la velocidad que él quiso.

Uno de los hombres más felices en el palco era Julen Lopetegui. Iniesta tiene buena pinta. Acaba la temporada en plena forma. Y la selección le espera. El Mundial de Rusia 2018, tras ganar la Liga en breve, será el gran desafío de Iniesta antes de comenzar una nueva vida.

Antes de jugar sus últimos momentos en el Barça, Iniesta volvió a dejar otra obra de arte, en un partido excepcional del capitán azulgrana, con tanto incluido y mostrando una autoridad futbolística de primer orden.

El joven Iniesta, que el 11 de mayo cumplirá 34 años, llegó con doce años a la Masía del Barcelona, y se ha convertido en un referente sin ninguna duda en el panorama mundial futbolístico.

Todo apunta a que el capitán barcelonista pondrá punto final a su historia de amor con el conjunto azulgrana, con el que tiene a su alcance lograr, además, una Liga que el Barça roza ya con los dedos y despedirse este verano de la selección en el Mundial.

Leo Messi y Andrés Iniesta son los jugadores del primer equipo del Barcelona con más temporadas en su haber, algo que se traduce en un palmarés brillante con 31 títulos oficiales con la zamarra azulgrana.

La secuencia de sus 31 títulos con el Barcelona es la siguiente: ocho Ligas (2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013, 2015 y 2016), cuatro Champions League (2006, 2009, 2011 y 2015), cinco Copas del Rey (2009, 2012, 2015, 2016, 2017 y 2018), siete Supercopas de España (2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013 y 2016), tres Supercopas de Europa (2009, 2011 y 2015) y tres Mundiales de Clubes (2009, 2011 y 2015).

A pesar de que en los últimos siete años el Barcelona solo ha ganado una Liga de Campeones, Andrés y Leo han sido participes en cuatro de los cinco títulos que posee el club azulgrana de la máxima competición europea. Ambos jugadores también tienen en su haber los dos tripletes que el primer equipo ha conquistado a lo largo de la historia (2008-09 y 2014-15) y los seis títulos conseguidos en un año natural (2009).

Al haber logrado una nueva Copa, cuatro miembros de la actual primera plantilla -Gerard Piqué, Sergio Busquets, Leo Messi y Andrés Iniesta- han alcanzado las seis Copas del Rey ganadas con el Barcelona (2008-09, 2011-12, 2014-15, 2015-16, 2016-17 y 2017-18). Estos jugadores han superado las cinco Copas ganadas por Kubala, Alcántara, Samitier, Torralba, Sancho y Ramallets e igualan los seis títulos coperos que conquistó Joan Segarra, que hasta ayer poseía el récord de la entidad.

Andrés Iniesta está a un paso de cerrar con el mejor broche de oro una trayectoria para enmarcar en el Barcelona, justo antes de encarar el Mundial y poner rumbo a la liga de China. Un hombre de Fuentealbilla que deja el fútbol español, que pierde su magia y la humildad que siempre le ha caracterizado.