FECHA: 22 de junio de 2014.

LUGAR: Estadio Gran Canaria de Las Palmas.

PARTIDO: UD Las Palmas - Córdoba CF (partido de vuelta del play off final de ascenso a Primera, 1-1).

LA SITUACIÓN

El Córdoba se encontraba más cerca que nunca del retorno a Primera División. Se clasificó para el play off en la última jornada de la liga regular, superó en el primer cruce al Murcia (0-0 y 1-2 en La Condomina) y se plantó en el Estadio Gran Canaria con un 0-0 en el duelo de ida en El Arcángel. Los blanquiverdes no eran favoritos. Para nada. A falta de diez jornadas para el final del campeonato miraban de reojo los puestos de descenso en Segunda, pero una victoria en El Molinón propició una reacción increíble bajo la dirección de Albert Ferrer, que había sustituido en el banquillo a Pablo Villa. Empezó a ganar partidos y el cordobesismo entró en una espiral de positivismo inédita.

Con una sola derrota cosechada en sus últimos catorce partidos y con tres meses invicto lejos de su estadio compareció el Córdoba en Las Palmas. El estadio estaba abarrotado por completo. Apenas 50 cordobesistas lograron un sitio para verlo en directo. En la ciudad, los televisores echaban humo en las casas y los bares. La afición asistía atónita a un episodio nunca visto por las generaciones más jóvenes. ¿Habría milagro?

¿QUÉ OCURRIÓ?

Bajo una presión brutal por las excepcionales circunstancias, el Córdoba alineó a Juan Carlos, Pinillos, Gunino, Iago Bouzón, Raúl Bravo, Abel Gómez, López Garai (Pelayo, 76'), López Silva, Nieto (Arturo, 46'), Pedro (Xisco, 69') y Uli Dávila. Los de Ferrer aguantaron bien las acometidas de los insulares, inquietos por romper pronto el marcador. No lo lograron hasta el inicio de la segunda parte. Marcó Apoño. El Córdoba lo pasaba francamente mal. Salieron Pelayo y Xisco. Conforme avanzaban los minutos, Las Palmas se sentía más fuerte. Los cordobesistas no podían hilar jugadas. El público empezó a celebrarlo y...

A falta de un minuto, los aficionados amarillos comenzaron a invadir el campo. Los futbolistas locales, encabezados por el legendario Valerón, les instaban a retroceder. Era imposible. El árbitro, José María Sánchez Martínez, paró el partido. Hubo instantes de desconcierto absoluto, llamadas por megafonía, hinchas descontrolados corriendo por el césped. Una escena dantesca. El partido estaba con 1-0: Las Palmas en Primera y el Córdoba en Segunda. Pero...

El colegiado murciano decidió reanudar el partido en medio de un ambiente fuera de control. Y sucedió. Saca Juan Carlos. El balón le llega a Pelayo, que envía al corazón del área para que Raúl Bravo conecte un forzado remate que repele en primera instancia Barbosa. El rechace del meta cae en los pies de Uli Dávila y… ¡gol! Ahí acabó todo. Saltaron seguidores, agredieron a futbolistas del Córdoba, los amarillos lloraban tirados por el césped y el árbitro corrió hacia los vestuarios. El partido terminó con el balón en la red y el club blanquiverde en Primera División después de 42 años.

¿QUÉ OCURRIÓ DESPUÉS?

El mexicano Uli Dávila, un icono para la afición, tocó por última vez el balón como blanquiverde para protagonizar la jugada más recordada. Nunca volvió a El Arcángel. Actuamente juega en la liga australiana con el Wellington Phoenix.

El histórico reencuentro con la máxima categoría resultó un acontecimiento social de gran magnitud, con decenas de miles de cordobeses celebrándolo en las calles. La experiencia en Primera resultó un fiasco deportivo: un año después, el Córdoba descendió como colista y batió récords negativos en la Liga. En la actualidad, el club blanquiverde está en Segunda División B después de haber descrito una trayectoria descendente en picado. La aventura en la élite, seis años después, es un lejano recuerdo y marca el agrio contraste entre lo que fue una oportunidad desperdiciada y una realidad repleta de problemas.

¿Y Las Palmas? El club amarillo logró, después del mazazo, el ascenso a Primera en la temporada siguiente. Se mantuvo tres temporadas en lo más alto y ahora milita en Segunda. Los dos centrales de aquel partido del play off ante el Córdoba, uno de los episodios más negros de la historia del fútbol canario, pasaron después por el club blanquiverde. Deivid y Aythami lucieron incluso el brazalete de capitanes en la entidad de El Arcángel, donde un día se festejó su desgracia. Las vueltas del fútbol.