Todas las cuentas del Valencia para pasar a la siguiente ronda de la Champions incluían ganar sus dos partidos contra el débil Young Boys pero el equipo de Marcelino García Toral volvió de Suiza con su enésimo empate de la temporada (el noveno en doce encuentros) y con la sensación de estar bloqueado. Se cree demasiado bueno para mantener el juego al contragolpe que le llevó hasta donde está pero no tiene recursos para ganar dominando. Pudo haber sido peor porque en una segunda parte para olvidar concedió un penalti que eclipsó el tanto inicial de Batshuayi y, si no hubiera sido por un par de brillantes paradas de Neto al final, habría perdido.

Arrancó el choque el Valencia queriendo dominar pero sin saber qué hacer con el balón. Aún así tuvo suerte y en una jugada en la que estaba sobándolo lo perdió pero el ímpetu de Soler le llevó a recuperarlo y su rápida y hábil asistencia pilló a la defensa suiza descolocada y dejó solo al delantero belga, que tuvo la delicadeza para superar al guardameta y batirlo para anotar el primer y único gol del equipo en el torneo. El dato lo dice todo.

El tanto dio calma al Valencia, que pudo ampliar su renta con una falta que lanzó Parejo pero, sobre todo, con una llegada en la que el revoltoso Ferran Torres prefirió culminar él antes que ceder a un compañero mejor colocado.

Asedio suizo

Se pagó caro porque de la posible sentencia se pasó al empate pues el Valencia regresó del descanso helado. El asedio suizo tuvo premio en apenas ocho minutos y llegó tras un muy evitable penalti de Parejo a Sow que el omnipresente Horaru transformó con calma ante un Neto que apenas unos minutos después evitó el segundo en un gran intervención

Tras muchos minutos KO, la entrada de Gameiro pareció despertar al Valencia peor fue un espejismo. Crecido, el Young Boys retomó su asedio y a falta de de dos minutos una mano salvadora de Neto mandó al palo un remate de cabeza de Assale que habría supuesto perder la otra mitad de la Champions.