El Gimnàstic de Tarragona, rival al que se enfrenta mañana el Córdoba en el Nou Estadi a las 18.00 horas, es el colista de la categoría. Pero, además, es el tercer equipo que menos puntos ha sacado en casa, solo ocho merced a dos victorias, dos empates y cinco derrotas en las nueve jornadas allí disputadas. Los catalanes solo suman un punto más como locales que el Extremadura y el Reus, también en descenso.

El estadio tarraconense es por tanto uno de los que más puntos se escapan en Segunda División, y se convierte en un territorio propicio para que el Córdoba rasque mañana su primera victoria a domicilio de la temporada. Porque al tercer peor local de la categoría se enfrenta un equipo, el blanquiverde, que con tres puntos a domicilio es el peor en esa faceta en la categoría de plata.

AQUEL 18 DE MARZO

Sin embargo, en la mente de muchos aficionados del Córdoba queda aquella visita a Tarragona el 18 de marzo del 2018, correspondiente a la 31ª jornada de Liga. Era el quinto partido con José Ramón Sandoval en el banquillo que, tras caer ante el Granada en El Arcángel, había sumado tres victorias consecutivas. La cuarta la labró gracias a una actuación prodigiosa de José Antonio Reyes en la primera parte. El utrerano solo jugó 39 minutos antes de ser sustituido por Alejandro Alfaro, pero en ese tiempo desquició al centro del campo del Nàstic y sirvió en bandeja el primer gol del Córdoba. Fue una falta botada a más de 30 metros de la portería local con tanta precisión que el esférico llegó a la testa de Aythami, quien, libre de marca, cabeceó a las redes. Ya en la segunda parte Guardiola conectó una pared con Alfaro y no falló ante el portero del Nàstic, Dimitrievski. Aquel 18 de marzo unos 250 seguidores del Córdoba, desplazados en autobús, disfrutaron de lo lindo, puesto que el equipo blanquiverde ya podía soñar con una permanencia que un mes antes parecía utópica, pero que entonces se puso a solo cuatro puntos.

A REPETIR SENSACIONES

Algo más de diez meses después la vida en el Córdoba no ha cambiado totalmente, pero sí hay matices diferentes. El equipo sigue en descenso, aunque a solo dos puntos de la permanencia que marca el Tenerife, pero la dinámica es otra que en la temporada 2017/18. Con la llegada del técnico Curro Torres al banquillo el equipo blanquiverde respira cierta calma y poso, no juega tan acelerado y sus mejores piezas empiezan a entonarse. Faltaba una victoria, la conseguida ante Las Palmas antes del parón, que ayer citó Torres en rueda de prensa para explicar ese cambio en el ambiente. Una atmósfera más relajada que se nota en los entrenamientos, donde las risas han vuelto pero donde también se percibe que el trabajo es duro, que la intensidad es máxima y que el entrenador del Córdoba no va a permitir relajaciones.

Curro Torres no se casa con nadie, ya ha demostrado que puede dejar a un delantero en la grada, a otro en el banquillo y poner a un extremo diestro, Jaime Romero, como punta de referencia. La actuación de Andrés Martín y Federico Piovaccari en la segunda parte del partido ante Las Palmas fue notable, con un gol del canterano y dos más del ariete italiano. De todos modos, aquel once que logró el 0-2 en Tarragona la pasada temporada distará mucho del que veamos mañana. Jugadores como Kieszek, Edu Ramos, Guardiola, Aguza y especialmente José Antonio Reyes ya no siguen en las filas del Córdoba. Pero el primer goleador de aquel partido, Aythami, cuenta con muchas opciones de ser de la partida mañana. También repetirían Quintanilla o Javi Galán, y siguen en plantilla Loureiro y Jovanovic, todos titulares en la última visita al Nou Estadi. Con los mimbres que tiene, sin pedir fichajes y apelando al trabajo, el equilibrio y la unidad, Curro Torres buscará repetir la alegría de la pasada temporada en Tarragona. Tres puntos, los primeros esta temporada a domicilio si finalmente se lograsen, que dejarían al Córdoba fuera o al borde de salir del descenso.