FECHA: 11 de septiembre de 2013.

LUGAR: Municipal El Arcángel.

PARTIDO: Córdoba CF - Deportivo de La Coruña (2-2, eliminatoria a partido único de la segunda ronda de la Copa del Rey).

LA SITUACIÓN

El Córdoba de la 13-14 aún trataba de recuperar la imagen -y los resultados- de la época de Paco Jémez. Desde la marcha del técnico al Rayo, el club blanquiverde no había dado con la tecla para el banquillo. En este curso arrancó en el cargo Pablo Villa, promocionado desde el filial. En el torneo liguero la formación cordobesa seguía una línea tibia. Pretendía relanzar su energía con una buena actuación en la Copa del Rey, en la que llevaba cinco años dando algún aldabonazo -tres pases a octavos- al eliminar a equipos de Primera -Espanyol, Betis, Real Sociedad...- y protagonizar episodios -con el cruce ante el Barça de Messi- memorables.

El Deportivo había caído desde la Primera División y su prioridad era regresar lo antes posible. Tenía al frente a Fernando Vázquez, su entrenador fetiche, y la Copa no parecía obsesionar demasiado a los coruñeses en medio de las urgencias típicas de una entidad en su situación. El duelo a partido único en Córdoba, que podía parecer un engorro para el Depor y un asidero emocional para los blanquiverdes, terminó deparando una batalla sin cuartel.

¿QUÉ OCURRIÓ?

Con 9.783 espectadores en las gradas, el Córdoba alineó a Juan Carlos, Campabadal, Fran Cruz, Bernardo Cruz, Samu, Joselu, Rafa Gálvez, Caballero, Pacheco, Uli Dávila y Strahman, saliendo después Pedro, Abel y López Silva. Bastantes no habituales, aunque menos que los que dispuso Vázquez en un Depor que formó con Fabricio, Seoane, Uxío, Álex Bergantiños, Manuel Pablo, Teles, Wilk, Juan Carlos, Bicho, Cañi y Luis, saliendo desde el banquillo Deak, Fornés y Dani Iglesias.

El pleito arrancó pastoso hasta que Carlos Caballero aprovechó un hueco en la zaga deportivista para hacer el 1-0 en el minuto 22. Uli Dávila le partió la nariz en un choque fortuito al central Uxío Marcos -que un año después ficharía por el Córdoba- y los de Villa aprovecharon la coyuntura. Tras el descanso, el meta local Juan Carlos le detuvo un penalti a su homónimo del Depor al minuto de juego, pero tres después selló el excordobesista Seoane el 1-1. La confrontación subió el tono. Las llegadas eran constantes. Luis Fernández hizo el 1-2 en el 58' y a falta de un cuarto de hora Abel rubricó el 2-2 con el que se llegó al final. Tocaba prórroga.

Con el público caliente, el Córdoba apretó hasta el fin. A falta de tres minutos, el colegiado Lesma López expulsó al serbio Delk y los anfitriones echaron el resto ante un Depor físicamente muerto que aguantó con oficio para llegar a los penaltis.

Tras marcar el 0-1 Seone, Abel marró el primer lanzamiento del Córdoba y aceleró el pulso a todo el mundo. Por parte deportivista lanzaron despues Juan Carlos, Wilk, Luis, Dani Iglesias (detiene Juan Carlos), Álex Bergantiños, Manuel Pablo, Fornés, Teles, Fabricio, Seoane, Juan Carlos, Wilk y Luis Fernández. En el Córdoba les tocó, tras el fallo inicial de Abel, a Caballero, López Silva, Strahman, Uli Dávila, Pedro, Samu, Fran Cruz, Bernardo Cruz, Juan Carlos, López Silva, Caballero, Strahman... y Uli Dávila. El mexicano le pegó con la zurda y envió el balón a la grada de fondo. Después de tres horas de fútbol, el Córdoba quedaba eliminado.

Con su kilométrica serie, el Córdoba CF y el Deportivo de La Coruña igualaron la tanda de penaltis más larga de la historia de la Copa del Rey, que databa del 29 de septiembre de 1987 con 28 tiros y un mismo 12-13 que dio el billete al Burgos ante el Ávila.

¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?

Que al Depor la Copa le traía sin cuidado es algo que quedó patente en la siguiente eliminatoria: le tocó batirse el cobre ante el Real Jaén en La Victoria y los de Vázquez cedieron por un 2-0 que les dejó en la calle. No hubo ningún trauma. Continuaron a lo suyo y conquistaron el ascenso a Primera División como subcampeones, tras el Éibar.

¿Y el Córdoba? Pues después de sus clásicas revoluciones -despido de entrenador, zarandeo en el mercado invernal- y crisis -la presidencia de Carlos González era un caldo de cultivo ideal para la polémica- quedó séptimo y se metió en los play off porque el filial del Barça no podía hacerlo. Acabó subiendo a Primera División tras 42 años de ausencia con un gol en Las Palmas logrado en el último segundo de la prolongación por Uli Dávila. Sí, el joven mexicano cedido por el Chelsea que erró en el último penalti de aquella enloquecida noche de Copa del Rey.