En el vestuario del Espanyol, la noticia de que Luis Carrión se ha hecho, al menos de forma momentánea, con las riendas del Córdoba ha corrido como la pólvora. Y no precisamente porque el excordobesista Fuentes se haya encargado de difundirlo. Ha sido más bien en el vestuario de al lado, no en el de visitantes, sino en el femenino. Cuatro jugadoras del club perico recuerdan e incluso se emocionan al hablar de Luis. "Eramos una plantilla que nadie tenía en cuenta y él hizo que nos creyésemos que podíamos salir campeonas". Sonia Matías, actual capitana del conjunto blanquiazul, es una de las supervivientes de aquel equipo que levantó la Copa de la Reina en 2012, el equivalente a la Copa del Rey.

Luis Carrión (Barcelona, 7 de febrero del 1979) era el entrenador de aquel equipo en el año de su debut en los banquillos. Una temporada más con las pericas le bastó para que Pablo Villa le llamase cuando se hizo con el mando del primer equipo. Y es que el barcelonés y el alcorconero habían coincidido en el vestuario de El Arcángel en sus respectivas etapas de futbolistas. Un año grabado en oro en los anales del cordobesismo ya que fue el año del ascenso a Segunda A. Finalmente, el lateral diestro colgó las botas en el Peñarroya tras casarse con una cordobesa.

Continuidad

Ayer Carrión ya dirigía su primer entrenamiento después de que en la sesión del martes dejase a los preparadores físicos hacer su función. Se vio a un técnico participativo y echado sobre los jugadores, deteniendo el juego constantemente para hacer todo tipo de correcciones, especial hincapié en balones parados. Los centros al área se convierten en una prioridad para el míster teóricamente provisional, al que también parece que le gusta adelantar la línea de presión.

En un primer boceto de lo que se entiende que puede ser su esquema táctico, Carrión respeta el 4-2-3-1 de Villa, aunque sus antiguas pupilas aseguran que no es un técnico de ideas fijas y que el dibujo puede variar en función de las necesidades del equipo.

Ayer, por lo pronto, el barcelonés recuperaba la idea de jugar con Raúl Bravo en el lateral izquierdo, en detrimento de Samu de los Reyes, y favoreciendo la vuelta a la titularidad de Fran Cruz. Caballero volvería al doble pivote con Luso desplazando a Abel al banquillo y la mediapunta, para Pelayo.