Sin Ansu Fati, sin Messi y sin medio Dembélé, dubitativo y temeroso de que una sobrecarga pueda convertirse en una rotura. La mitad de la delantera del Barça yace en la camilla en el comienzo de la semana que trae al Camp Nou al Inter de Milán (miércoles) en la Champions Championsy al Sevilla (domingo) en la Liga.

A Valverde le queda medio ataque que, sin embargo, sería la envidia de sus colegas: Carles Pérez, Luis Suárez y Antoine Griezmann. Pero solo le queda eso. Nada más. Ni un suplente, a no ser que ascienda algún joven del filial para la cita europea, la más inminente. Los aspirantes son los dos que figuran en la lista de inscritos en la UEFA: Abel Ruiz, de 19 años, y el japonés Hiroki Abe (20), extremo fichado el pasado verano del Kashima Antlers por 1,1 millones de euros.

DOS BAJAS, DOS APARICIONES

La fatalidad golpea al Barça, semanas después de haberse desprendido de dos delanteros. O dos jugadores que habrían ayudado a cubrir las ausencias. Rafinha (lesionado, por otra parte, nada más llegar a Vigo) y Coutinho recibieron la carta de despido en el cierre del mercado ante la previsión de que no jugarían. La consecuencia positiva de esa doble pérdida es que la cantera ha alumbrado dos nuevos talentos en Pérez y Fati que, de lo contrario, estarían ocultos en el filial.

Las sensibles bajas del Barça, por fortuna, no apuntan a una larga convalecencia. Las lesiones son leves, aunque de mal pronóstico, porque las tres se enmarcan en la difusa categoría de las molestias. Las de Fati se concentran en la rodilla derecha. Las de Messi se ubican en el aductor izquierdo. Las de Dembéle se sitúan en los isquiotibiales de la pierna izquierda.

SIN PRECIPITACIONES

Tan indescifrable es la previsión de cuándo estarán preparados que los partes médicos, en los tres casos, repitieron la frase: «Su evolución marcará la disponibilidad». La marcaría la necesidad si se tratara de un momento crucial de la temporada y Valverde tuviera que arriesgar, pero no es así y no sucederá. Los episodios anteriores vividos con Messi y Dembélé desaconsejan que se precipite su regreso. En el caso del francés se trataba, como dijo Valverde, «de una molestia sin recorrido», por lo que se quedó en la grada en Getafe «por precaución».

A diferencia de lo que ocurrió tras la primera lesión de la temporada, Dembélé pasó, nada más llegar de Getafe, unas pruebas médicas en las que se confirmó la existencia de una «sobrecarga muscular», que le hacen ser dudoso en el duelo contra el Inter. Con Messi pasa más de lo mismo. El argentino ya tuvo que abortar el primer intento de reaparecer antes del partido ante el Betis cuando se creyó recuperado de la lesión en el sóleo. Su reaparición se retrasó hasta mediados de septiembre. Tras tres partidos incompletos, el aductor izquierdo se quejó. Y Messi vio el triunfo de Getafe por la tele. También es dudoso para Europa.