Él lo denomina un espejismo, pero lo cierto es que la crisis de Andorra va a torturar a Alberto Contador todo lo que le queda de profesional; es decir, toda la Vuelta a España. En el Xorret de Catí, como había hecho en las cimas de Valencia, volvió a evidenciar que era el único ciclista capaz de aguantar la furia y la embestida de Chris Froome, que decidió pasar al ataque para aumentar poco a poco las diferencias y hacerse todavía más fuerte al frente de una clasificación general que domina de forma brillante. Madrileño y británico se presentaron juntos a la meta y sacaron 17 segundos al resto de figuras de la carrera.

Julian Alaphilippe, un fantástico ciclista francés, una especie de Alejandro Valverde, se proclamó ganador de la etapa, como triunfador de la fuga del día y otorgó una nueva victoria al conjunto del Quick Step.