Los nervios son malos consejeros. A veces hay que contar hasta tres o calcular las pedaladas. Nairo Quintana, y siempre con permiso de Simon Yates, el nuevo líder, avanza en la Vuelta con el genio de hace dos años, cuando se impuso en la carrera. Es un Quintana que corre siempre, incluso muchas veces estando mejor el compañero, con Alejandro Valverde a su lado. Es un Valverde que ya ha dejado claro que no piensa en el Mundial. Solo en Madrid. Y que, tras el paso por Les Praeres, territorio asturiano, meta de la 14ª etapa, sigue estando en los puestos de honor; nada menos que segundo. Posiblemente, sin la precipitación citada, podía haber logrado el triunfo en un puerto, mejor dicho, más que un puertaco, lo siguiente...

La Vuelta, también, va camino de convertirse en un duelo entre colombianos. Y, en este apartado, solo puede quedar uno. Quintana no quiere que ‘Superman’ López lo supere y, por supuesto, desea estar siempre por delante de Rigo Urán, tal vez el menos fino en las cuestas pero, sin duda, el mejor contra el cronómetro --y no hay que olvidar que el martes hay una contrarreloj en Torrelavega--. Es mucho país, hay mucha pasión, debate e hinchas que se inclinan más por uno que por otro. Una derrota puede ser letal. Y Quintana, el más laureado, el único del trío colombiano que ha ganado la Vuelta y el Giro, no puede permitir una derrota, aunque acabe en el podio.

Llegaba Les Praeres, una cuesta infernal de 4 kilómetros, a cuál peor, y los últimos mil metros en un terreno que ni era asfalto, ni era tierra, pero nada recomendable para batallar allí con una bici de carretera. Era una subida para ir atento, sin precipitarse, tal como hizo Yates, guardando fuerzas, porque el mínimo error condenaba al fracaso. Steven Kruijswijk, tal vez el ciclista con el nombre más complicado de pronunciar y escribir, quiso ser demasiado valiente. Pero los cementerios, también los ciclistas, están llenos de cruces de valientes. Valverde, más calculador, sabedor que podía neutralizar al corredor holandés, prefirió superar la fase inicial a rueda de su compañero ecuatoriano Richard Carapaz. Quintana, por su lado, subía vigilando. ¿Pero a quién? ¿A Yates? ¿A ‘Superman’? Ese era el dilema.

Nairo Quintana atacó antes de tiempo y luego pagó el esfuerzo. Fueron unos pocos segundos. Pero llegó a la meta por detrás de Yates, ‘Superman’, Valverde e incluso Thibaut Pinot. Y cruzó la línea de llegada con la duda de saber si sus movimientos no privaron a Valverde de un tercer triunfo en la Vuelta.

La etapa de hoy, la 15ª, será la tercera y última de las tres etapas concatenadas en el tríptico astur-leonés, un tramo clave de la carrera del que se espera que los Lagos de Covadonga dejen claro quien puede ganar la Vuelta.

La jornada será de 178,2 kms. siempre por terreno asturiano desde la salida en Ribera de Arriba y Lagos de Covadonga, situados en el concejo de Cangas de Onís y en la parte asturiana del Parque Nacional de los Picos de Europa. Ante de encarar la mítica subida habrá que ascender a los duros Mirador del Fito y Ercina. Será un día espectacular.