Chris Froome tiene una paciencia exquisita. Podría pasar del protocolo de la Vuelta, recoger cada día el jersey rojo e irse a descansar, a preparar la etapa del día siguiente, como la de este sábado a La Pandera, la cima de los olivos, la montaña de Jaén. Pero se fotografía con los niños que suben al podio, los que disputan la Vuelta Junior, y no le cuesta nada atender los saludos de todas las personas que se le acercan. Y aún así no se cansa. Solo le escuecen las heridas de la caída sufrida camino de Antequera.

Chris Froome, camino de Tomares, a las puertas de Sevilla, este viernes / JAVIER LIZÓN (EFE)

Froome, sin embargo, sabe que Tomares, a las puertas de Sevilla, esconde una llegada al esprint pero con trampa porque los últimos tres kilómetros son en ligera cuesta y hay que estar delante porque solo que se haga un pequeño hueco enseguida caerán segundos, como los siete que perdió David de la Cruz y que le hicieron perder al corredor catalán del Quick Step la cuarta plaza de la clasificación general.

Cazadores de etapas

Su equipo belga trabajaba por la victoria de etapa porque es lo que mejor sabe hacer. Pocas escuadras hay como el Quick Step que sepan preparar tan bien las llegadas. Lo hicieron por Marcel Kittel en el Tour y lo hacen ahora por Matteo Trentin en la Vuelta. En cambio, cuando De la Cruz pincha a 12 kilómetros de la cima de Calar Alto, como le sucedió el miércoles, se encuentra demasiado solo, sin la ayuda de compañeros de equipo como los que tuvo, en cambio, Froome cuando se fue al suelo por dos veces en la etapa de Antequera.

Pero el Sky pelea para que su líder llegue vestido de rojo a las calles de Madrid. El Quick Step lo que sabe hacer, y de forma precisa, es anotarse victorias. Ya lleva cinco en la Vuelta y todavía, al menos con Trentin, líder de la regularidad -por eso viste de verde- puede ganar la última etapa, la de Madrid.

La mala suerte del Dimension Data

Respiro para los líderes de la general, para que sanen los rasguños de Froome. Sufrimiento para algunos, como el vizcaíno Omar Fraile, ganador este año de una etapa del Giro, quien con vómitos tuvo que abandonar. Su equipo, el Dimension Data, solo mantiene a tres ciclistas en competición. Un virus estomacal ha afectado a sus integrantes y poco a poco se han tenido que retirar.

Ahora llega la montaña, un fin de semana muy duro, entre La Pandera y Sierra Nevada, antes de un largo traslado hasta el norte, de Andalucía a La Rioja para vivir la inensidad de la última semana de la Vuelta.