El sevillismo, un día después de que su equipo cayera eliminado en cuartos de la Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich, pasa la página europea de este curso y se centra en otra cita importante de la temporada, la final de la Copa del Rey que disputará el próximo 21 de abril en Madrid ante el Barcelona.

Tan solo horas después de que el equipo cayera eliminado de la Champions ante el campeón alemán en el Allianz Arena (0-0) en una eliminatoria muy disputada que se decidió con el 1-2 de la ida, los hinchas sevillistas ya se ilusionan con una nueva final, en esta ocasión de Copa, la novena de su historia.

Después de que el miércoles se efectuara un paréntesis en la venta de entradas para este torneo tras una primera fase de distribución, este jueves se inició la segunda y desde temprano se formaron largas colas en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán para adquirir las que aún están en taquillas.

El club dispuso de cerca de 24.000 entradas que le facilitó la Federación Española para este encuentro, y de ellas unas 19.000 las puso a la venta para sus abonados, mientras que el resto, otras aproximadamente cinco mil, se reservaron para los diversos compromisos de la entidad.

Después de que se vendieran en la primera fase unas 15.000 entradas, el Sevilla dispuso este jueves de unas 4.000 sobrantes que ahora distribuye entre el resto de abonados.

Según la afluencia vista en esta jornada ante las taquillas, parece que se agotarán en los próximos días