El Sevilla asaltó ayer el estadio de Old Trafford y se impuso con merecimiento a un rácano Manchester United por 1-2, lo que le sirve para poner rumbo a cuartos de final de la Copa de Europa por primera vez desde 1958. Un doblete del franco-tunecino Wissam Ben Yedder nada más saltar al terreno de juego en la segunda mitad hundió al equipo de José Mourinho, temeroso en su estadio y siempre a merced de un Sevilla valiente. El equipo de Vincenzo Montella dejó atrás las decepciones de los últimos años -tres eliminaciones en sus tres últimas presencias en octavos- y a la cuarta fue la vencida: se hizo grande en Manchester, superó con justicia a un histórico de la competición y consiguió el billete para estar entre los ocho mejores de Europa.

Mourinho, fiel a su estilo y sabedor de que un gol del Sevilla le obligaba a meter dos, fortificó el doble pivote metiendo de inicio al gigante Fellaini junto a Matic, y apostó por la velocidad arriba de los Lingard, Alexis, Rashford y Lukaku. La consigna del portugués esta noche era clara: ceder la posesión al rival, ser agresivo en la recuperación y directo en ataque, con balones largos a Lukaku y Fellaini. En el cuadro hispalense, Montella resolvió la ausencia de Jesús Navas desplazando a Mercado al lateral. Con las eliminaciones en octavos de final de 2008 (Fenerbahce), 2010 (CSKA Moscú) y 2017 (Leicester) todavía en la memoria, el Sevilla sabía que sus muchas de sus opciones de clasificación pasaban por controlar a las embestidas de Lukaku y las arrancadas de Alexis y Rashford.

BEN YEDDER CAMBIÓ EL PARTIDO / La clave del partido fue en la entrada de Ben Yedder a falta de 20 minutos, en sustitución de Muriel. Y no tardó el delantero francés en dejar su impronta, ya que en su primera ocasión recogió un balón entre líneas de Sarabia, se quitó de encima a Bailly y ajustó con la derecha un disparo al palo de De Gea: 0-1. Aún tuvo tiempo de batir nuevamente al portero español, esta vez tras un mal despeje del guardameta. Aunque Lukaku marcó a seis minutos del final, la eliminatoria estaba ya sentenciada.