La selección española de rugby 7 se ha complicado hoy su clasificación para el Mundial del próximo verano en San Francisco (Estados Unidos) con su tercera plaza en el torneo de Clermont-Ferrand (Francia), tercera y penúltima etapa del Campeonato de Europa.

La mala operación para España estriba en que Rusia e Irlanda, sus rivales por las dos plazas mundialistas que otorga este campeonato continental, han sido las dos primeras clasificadas en la etapa francesa y han deshecho así el empate a 36 puntos con el que las tres aspirantes colideraban la clasificación.

El cuarto de final contra Georgia fue una batalla física de la que los españoles salieron victoriosos (10-7) gracias a la velocidad de Pol Pla, autor de dos ensayos junto al banderín derecho, uno al final de cada periodo.

El ala del FC Barcelona había adelantado a España antes del descanso pero los georgianos se pusieron por delante en el arranque del segundo tiempo, gracias a una marca de Ioseb Matiashvili, que aprovechó una mala colocación del bloque de salto español en el saque de centro.

La segunda parte resultó asfixiante, debido a la incapacidad de los hombres de Pablo Feijóo, muy fatigados, para generar acciones de ataque pero la liberación llegó gracias a una superioridad numérica propiciada por la exclusión de Levan Khmaladze, que facilitó la combinación ganadora entre Marcos Poggi y Pla.

La semifinal ante Irlanda era un partido con valor doble al tratarse de un duelo directo por el Mundial, debido a ambas selecciones luchan junto a Rusia por las dos plazas clasificatorias que otorga este Campeonato de Europa, y fueron los insulares quienes se llevaron la victoria.

Paco Hernández inauguró el tanteo con una picardía, pues sacó rápidamente un golpe de castigo a cinco metros para zambullirse en la zona de anotación, si bien un esprint de setenta metros de Jordan Conroy restableció enseguida el empate (5-5) con el que se llegó al término de la primera parte.

Otra ruptura del veloz Conroy, que sirvió con una descarga tras contacto a Fionn Carr, puso por delante a Irlanda, que aseguró su pase a la final con un ensayo postrero de Mark Roche (5-17) que terminaba con las esperanzas españolas.

Alemania se cruzó en el camino de la selección nacional en una final de consolación que comenzó con una marca de Iñaki Villanueva al término de una elaborada jugada de ataque, muy parecida a la que sirvió a Paco Hernández para doblar la ventaja antes del descanso.

Este segundo ensayo desactivó por completo la resistencia germana, lo que permitió a Hernández firmar un doblete al inicio de un segundo periodo muy confortable para una España que redondeó su victoria (31-7) con nuevos ensayos de Sainz-Trápaga y Poggi, a los que respondió sobre la bocina Tim Lichtenberg.

España es tercera en la general con 52 puntos y para estar en el Mundial, deberá adelantar en el último torneo, que se celebrará dentro de dos semanas en Exeter (Inglaterra), a Irlanda -líder con 56 puntos tras su victoria en la final- y a Rusia -subcampeona en Clermont-Ferrand y segunda con 54 puntos-.