La intención de Sergio Ramos de disputar los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, desvelada por el diario El Mundo, colocaría al capitán de la selección española ante la posibilidad de añadir a su currículum el título que le falta y lograr lo que nadie ha conseguido desde 1938, ser campeón del mundo y olímpico.

Tan solo 20 jugadores en toda la historia (16 uruguayos y cuatro italianos) lograron coronarse campeones olímpicos y del mundo con su selección. En el caso de los uruguayos, el título mundial de 1930, en el primer campeonato del mundo, no fue sino la continuación del éxito de la selección olímpica que se había coronado en los Juegos de París 1924 -donde en Colombes inventaron la vuelta olímpica- y cuatro años después en Ámsterdam.

Aquellos torneos olímpicos hacían las veces de Copas del Mundo y permitieron consagrarse a históricos como José Leandro Andrade, José Nasazzi, Héctor Castro, Héctor Scarone o Pedro Petrone. Andrade o Nasazzi son espejos en los que se puede mirar Ramos. Defensas centrales y, asimismo, campeones continentales (de la Copa América) con su selección.

Italia, por su parte, dos años después de proclamarse campeona en el Mundial de Mussolini presentó un equipo plagado de estudiantes para participar en el torneo olímpico de Berlín 1936, al que solo podían acudir deportistas amateurs. De aquel conjunto italiano que se proclamó campeón en la final ante Austria (2-1) cuatro jugadores dieron un exitoso salto a la selección mayor que volvió a proclamarse vencedora en el Mundial de Francia 1938, los defensas Pietro Rava y Alfredo Foni, el centrocampista Ugo Locatelli y el delantero Sergio Bertoni.

Rava, central y capitán como Ramos, fue el encargado de desmentir la leyenda de que los jugadores italianos habían sido amenazados por Mussolini antes de la final («vincere o morire»). El defensa sí admitió que recibieron un telegrama del dictador antes del partido contra Hungría, pero afirmó que era para darles ánimos. Nadie le creyó.

Entre los que se quedaron cerca de lograr ambos títulos está Leo Messi, ganador de la medalla de oro olímpica en los Juegos de Pekín 2008. Seis años después, la gran estrella del Barcelona se quedó a un paso de ser campeón del mundo, pero la Albiceleste fue derrotada en la prórroga por Alemania.

De igual forma, los brasileños Ronaldo, Roberto Carlos, Rivaldo, Kaká o Juninho Paulista, campeones del mundo en 2002, se quedaron a las puertas de la gloria olímpica en 1996. Perdieron una increíble semifinal ante Nigeria (a la que ganaban con claridad 1-3 hasta el minuto 77), que logró empatar en los diez últimos minutos y se impuso por un gol de oro de Kanu en la prórroga.