La selección española de balonmano afronta hoy (20:30, Teledeporte) ante Macedonia la primera de la tres finales, como las calificó el técnico Jordi Ribera, que debe ganar en la segunda fase para poder acceder a la semifinales del Europeo, el objetivo que se fijó antes de partir a Croacia.

Un encuentro que el conjunto español afrontará con la duda del pivote Julen Aginagalde, que ya se perdió el último encuentro con Dinamarca a causa de una lumbalgia aguda, y que no ha podido entrenarse con normalidad en los últimos días.

«Si fuese solo un tema de dolor ya estaría entrenando y jugando, pero es algo más complicado, son unos problemas en el disco que me limitan los movimientos y aunque la evolución está siendo buena y cada día me encuentro mejor, todavía no sabemos hasta que punto estaré bien para el partido», señaló Aginagalde.

Una circunstancia que impedirá al preparador español conocer hasta el último momento si podrá contar con el pivote del Kielce polaco en un encuentro, en el que España deberá recuperar su juego de contraataque si quiere optar a la victoria.

«Tenemos que recuperar más balones en defensa para lograr esos cinco o seis goles de contraataque que necesitamos por partido», advirtió el seleccionador español.

Un juego de contragolpe del que España careció ante Dinamarca, única derrota (22-25) de los Hispanos en el Europeo, en un encuentro en el que España no logró sorprender a la defensa danesa.

Y es que la selección española, con la excepción del encuentro inicial ante la República Checa, en el que solo encajó quince goles, no ha sido capaz de dotar todavía a su defensa de la solidez necesaria para optar al podio.