Después de las idas y venidas con la Liga de Naciones, ese torneo de nueva cuna que alumbró la UEFA y que terminó con dos derrotas (2-3 ante Inglaterra y 3-2 ante Croacia) que sembraron de dudas la reconstrucción que Luis Enrique está acometiendo desde el verano; llega la fase de clasificación de toda la vida, con un favoritismo incuestionable de la selección española y la obligación de comenzar a ilusionar con un nuevo proyecto.

El último título que ganamos fue hace tres grandes campeonatos, recordó Luis Enrique en la previa. Era la Eurocopa de 2012 y de la identidad de aquel equipo queda poco. El técnico asturiano maneja ahora un equipo que todavía está en pañales, a temporada y media de afrontar su primer gran reto: la Eurocopa multisede del verano de 2020, mientras el seleccionador maneja una lista de más de 60 seleccionables de los que ya ha llamado a más de 40 en sus cuatro convocatorias. Me encantaría tener un once y 23 fijo, pero va a ser un proceso largo y eso en el fútbol no existe, menos en esta selección, ilustró el técnico.

Pelea en el medio

Saúl, encumbrado como el nuevo eje sobre el que debía pivotar el centro del campo, líder de la presión adelantada que promulga Luis Enrique y llegador letal al área rival, se quedó fuera de la lista inicial, junto a Koke y, sobre todo, Thiago, también con mucho protagonismo en los inicios del curso. El ilicitano del Atlético llegó a la concentración tras la enfermedad de Fabián Ruiz, uno de los nuevos recursos en el centro que quería explorar Luis Enrique junto a Canales y Parejo. Entre los tres se juegan un puesto junto a Busquets y, pese a su poco protagonismo en el Madrid, un Ceballos que parece conservar intacta la confianza del seleccionador.

En ataque no hay más constancia, con Rodrigo como el delantero que más ha jugado y un Asensio, que llegaba con molestias en el gemelo por un golpe, al que espera un puesto preponderante ante la rotación constante de jugadores de banda. Vino con un golpe, pero está perfecto, confirmó Luis Enrique. Muniain se estrena en una convocatoria de Luis Enrique, siete años después de debutar, con opciones de ser titular.

Vacío en defensa

Pero la defensa se atisba como el gran problema a solucionar por una selección que terminó deshaciéndose en la Liga de Naciones. Navas y Sergi Roberto pugnan por ocupar un lateral que, en cualquier caso, será tan ofensivo como el izquierdo, con tres variantes pero preponderancia de Jordi Alba. El vacío se abre al lado de Ramos en el centro, una carrera que parece liderar un Íñigo Martínez que repite convocatoria.

La Noruega de Lagerback, obrador del milagro de Islandia en la última Eurocopa, no ha evolucionado ni revolucionado su estilo para mejorar a los nórdicos, con una defensa dura, colectiva, comprometida y sólida; y un ataque directo y resolutivo. El madridista Odegaard, cedido en el Vitesse, aspira a la titularidad junto al central de 20 años del Celtic Kristoffer Ajer y el delantero King, su gran amenaza en ataque.