Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, informó ayer en Tánger, sede de la Supercopa de España que se juega el domingo entre el Barça y el Sevilla, que se están cumpliendo todos los requisitos para que en el partido se utilice el videoarbitraje o VAR. Solo falta el visto bueno del International Board (IFAB), órgano encargado de las reglas internacionales del fútbol, indicó el dirigente.

En la misma conferencia de prensa, en compañía del presidente de la federación de fútbol del país, Fauzi Lekjaa, Rubiales también confirmó la presencia del seleccionador Luis Enrique Martínez en la final.

«La International Board visitó España el 1 de agosto, hicieron sus tests, nos dieron solvencia. A nivel técnico están todas las facilidades, solo faltaría implantar una unidad móvil, pero tenemos que tener permiso del organismo», aclaró Rubiales. Ni él ni Lekjaa, sin embargo, quisieron responder a la pregunta de cuánto ha pagado Marruecos -a cada club y a la federación española- por la organización de este partido en Tánger, aunque se comprometieron a «dar todos los detalles» tras la celebración del encuentro.

Lekjaa dijo que debe tratarse de «un negocio neutro para Marruecos, en el que ni ganamos ni perdemos», y detalló que para su federación los ingresos del partido se conseguirán con la venta de billetes (anunció que habrá «un lleno total»), la venta de paneles publicitarios estáticos y los patrocinadores. Al respecto, Lekjaa dijo que la horquilla tarifaria -entre los 33 y los 190 euros por entrada- «están por debajo de lo que se practica en otros países, para permitir al pueblo asistir al partido en las mejores condiciones».

Preguntado sobre si esto significaba una posible candidatura conjunta marroquí-española para la organización del Mundial 2030 junto con Portugal, Rubiales se limitó a decir: «Trabajaremos en todo lo que podamos mejorar nuestra cooperación, pero vamos paso a paso (...) Esta cooperación comienza hoy pero va a durar muchos años».

Fuentes del entorno de Rubiales dijeron que el proyecto de esa candidatura conjunta está sobre la mesa y que así hay que entender las continuas llamadas a la «cooperación» y al «futuro común».