El test de hoy, en el circuito de Brno, pocas horas después de que Marc Márquez (Honda), líder destacado del Mundial de MotoGP, realizase otra de sus exhibiciones de poder supremo y derrotase a todo el mundo, sábado y domingo, ha sido, simplemente, de prueba para todo el mundo y, por lo que han contado sus protagonistas, nadie, nadie, ha encontrado nada nuevo que mejore, espectacularmente, sus motos actuales. Eso sí, Márquez y su compañero Cal Crutchlow han trabajado duro, muy duro, con un nuevo chasis para el año que viene y con multitud de mejoras que han traído a la República Checa los ingenieros de Honda Racing Corporation (HRC), departamento de competición de la firma alada, que tiene un centenar de ingenieros de todo tipo.

El día, además, debía ser, porque así lo había anunciado, incluso, el propio Valentino Rossi, el momento en que Yamaha empezase a ilusionar, de nuevo, al nueve veces campeón del mundo, que esperaba encontrarse con el primer prototipo del 2020 "con un gran motor", que le permitiese afrontar la próxima campaña, la última de su contrato bianual, con la ilusión de poder aspirar a conquistar el décimo título mundial, que lleva diez años persiguiendo.

QUARTARARO, DE NUEVO, EL MÁS RÁPIDO

Y, por desgracia para el 'Doctor', no fue así, ni mucho menos. Los comentarios que hizo Rossi, después de dar 52 vueltas a Brno (Fabio Quartararo dio 74 y logró el mejor tiempo; Maverick Viñales, 64 y fue segundo y Márquez, 70 y acabó sexto), utilizando la nueva y vieja Yamaha, fueron realmente decepcionantes en ese sentido. Rossi reconoció que el primer prototipo 2020 que Yamaha ha puesto en sus manos, con el primer prototipo de motor del futuro, no sirve, no vale, no mejora "en casi nada, bueno, en tan poco que no puede decirse que mejoramos" el que ya tenemos ahora".

La decepción de Rossi fue tan grande, que algún periodista italiano le llegó a decir "caray, no se te ve muy ilusionado", a lo que 'Vale' respondió con un "bueno, necesitamos más caballos y ellos lo saben, no mejoras pequeñitas, no". "Tal vez", siguió comentando el italiano, "no era, pese a pensarlo, el día donde podíamos y debíamos encontrar algo que nos animase". Y, acto seguido, el nueve veces campeón añadió, con más cara de lamentación aún: "Bueno, nos queda el test de Misano y, luego, los invernales de noviembre y diciembre. Hay que esperar. Pero, insisto, lo de hoy no era lo que esperaba, no".

No deja de ser curioso que fueran dos Yamaha las que realizasen los mejores tiempos (Quartararo, 1.55616 minutos y Viñales, 1.55.746) y Rossi, teórico líder de la firma de los diapasones hasta ahora, fuese de los peores, pues paró el reloj en 1.56.868 minutos, lo que significa 1.252 segundos más lento que sus compañeros de marca.

MÁRQUEZ MÁS VUELTA QUE NADIE

Quartararo, el gran triunfador de la jornada, se mostró "muy ilusionado" con el test realizado, no tanto por el tiempo, que también, sino porque su extraordinario papel en las diez primeras carreras de este año, no solo le han convertido en el novato de la temporada sino que ha hecho que Yamaha, en plan oficial, le proporcionase, ya hoy, material 'pata negra' para ir introduciendo en su Yamaha. "Sí, sí, he probado algunas cosas, como la horquilla de carbono, que podría sustituir a la de aluminio que he llevado hasta ahora, que me han ido muy bien".

Por su parte, Márquez, que reconoció que había dado "muchas mas vueltas de las previstas", confesó que "dado que mañana mismo nos vamos ya hacia Austria, donde este fin de semana volvemos a tener gran premio, he ido con mucho cuidado de no caerme. Aún y con todo he probado cosas muy buenas, mucho, de cara a la moto del año que viene como, por ejemplo, un chasis totalmente nuevo que me ha gustado pero, insisto, no es para este año".