La Juventus resistió con mucho compromiso colectivo y encontró a su estrella, Cristiano Ronaldo, para cosechar un resultado esperanzador, sin demasiados méritos, ante un Ajax valiente e incisivo, con tanto ímpetu como falta de concreción en los metros finales. Aún así, el partido deja la impresión de que se está cumpliendo el plan previsto de los de Allegri, pero el equipo holandés puso de manifiesto que no va a ser un convidado de piedra en la eliminatoria.

El Ajax no tiene, y tampoco quiere, muchas alternativas al plan con el que eliminó al Madrid: una presión intensa y fuerte combinada con tanta verticalidad como creatividad en el ataque. Así consiguió mandar en el partido y encontrar el camino al área rival, un espacio habitual para los jugadores holandeses.

A fuerza de insistir en sus postulados, el Ajax mantuvo el partido en un precario equilibrio en que el que los argumentos ofensivos de los italianos, empezando por Ronaldo, se mostraran en su mínima expresión.

Un Ajax incandescente

Aún así, el equipo italiano transmitía cierta solvencia y, sobre todo, ser una amenaza constante. La Juventus, con un sistema defensivo flexible y bien estructurado, aguantó el empuje inicial pero, cuando llegó el momento de empezar a tomar el mando, le costó sobreponerse al incandescente ritmo pasador del Ajax.

Muy metido en su papel de visitante en una eliminatoria europea, el equipo de Allegri se aculó en su área sin miramientos, aguantó fases de sufrimiento ante el desparpajo local y sobrevivió rebuscando entre los errores del valiente rival.

Aparición de Ronaldo y de Neres

En el tramo final del primer tiempo, la Juve generó, sin mucha creación, casi tanto peligro como el Ajax con todo su trabajo a cuestas. Comenzó a aparecer Ronaldo, inédito hasta entonces, con esa voracidad que le caracteriza y con la voracidad que le caracteriza empezó a decantar la eliminatoria. Recepcionó un saque de banda y, mientras la jugada viajaba al otro lado y al área, corrió entre las líneas enemigas sin que ningún rival le siguiera hasta el corazón del área, donde fusiló a un Onana atónito para conseguir el gol.

El Ajax se fue al descanso con enrabietado y empató en la primera jugada del segundo tiempo, gracias a una maravilla de Neres, al estilo del jóven Cristiano Ronaldo, para aprovechar un error de Cancelo tras un balón largo que le permitió hacer una diagonal hacia el área que finalizó con un gran disparo a la escuadra de Szczesny.

El equipo de Ten Hag se reafirmó en su idea y el Ajax volvió a abrir la puerta para dejar pasar la tormenta al salón turinés. La producción ofensiva de la Juventus fue deficiente, casi sin peso de Pjanic en el juego y sin presencia de Mandzukic, que se fue al banquillo sin más que trabajo en su haber. Allegri recurrió a Douglas Costa para terminar de encomendarse a la resistencia y al contragolpe.

La defensa de la Juventus resistió ante el bombardeo masivo al que le sometió el rival, sin noticias de sus hombres de ataque, salvo por las cabalgadas de un habilidoso Douglas Costa. Cada vez con menos intensidad, el Ajax buscó una victoria que mereció y tuvo cerca por medio del debutante Ekkelenkamp.