Mientras las altas esferas del tenis mundial discuten sobre la futura Copa Davis de Piqué, más abajo, el tenis internacional más modesto, pero también importante, está preocupado por los cambios que se avecinan a partir del 1 de enero del próximo año.

La ATP, la WTA y la ITF se han puesto de acuerdo para bajar el número de jugadores que están en el ránking de la ATP y la WTA y ello va a afectar a los torneos internacionales más pequeños, los que reparten 15.000 dólares, como el Open Ciudad de Pozoblanco de este año, o el Open Cruzcampo de Palma del Río, que tiene una dotación de 25.000 más hospitalidad.

El cambio más preocupante es que los torneos de 25.000 dólares solo puntuarán para la ATP desde semifinales y los de 15.000, ni eso. La idea de la ATP es ayudar a que en los torneos de 15.000 entren más jugadores de la zona del torneo y promocionar a los júniors, pues habrá cinco plazas para los cien mejores júniors del mundo en los torneos de 15.000 y 25.000. Para contar con un torneo que puntúe al completo para la ATP habría que asumir unos premios de 50.000 dólares. Habrá también un ránking nuevo que reunirá a los jugadores que vayan sumando puntos en estos torneos de 15.000 y 25.000, pero ya fuera de los ránkings de la ATP y la WTA. Además, estos torneos, que actualmente duran nueve días con la previa, pasarán a tener una duración de una semana.

El cambio que va a arrancar el 1 de enero nace de la idea buena de promocionar solo a los 600 mejores del actual circuito y a partir de ahí ayudar a los jóvenes. Sin embargo, el sistema elegido para hacerlo corre el serio peligro de bajar el nivel de los torneos de 15.000 y 25.000, pues los organizadores están casi convencidos de que tendrán que asumir el mismo presupuesto que con tanto esfuerzo reúnen, pero con un nivel deportivo inferior.

El director del Open Ciudad de Pozoblanco, Marcos García, reconoce que «ahora mismo no tenemos claro si quedarnos en un torneo de 15.000 o si dar el salto a 25.000. No queremos subir los premios y el presupuesto para luego ver que el esfuerzo económico no compensa al comprobar el nivel deportivo. Como no tenemos que inscribirnos hasta cuatro meses antes, veremos cómo está el nivel de los primeros torneos del año».

Miguel Caro, director del open palmeño, va en la misma línea. Apunta que “hasta finales de febrero no tendremos que tomar una decisión, así que iremos viendo el nivel de los cuadros de los torneos de principios de año. Nosotros vendemos el ránking de los mejores jugadores que vienen y creemos que con esta reforma va a bajar el nivel de nuestros torneos”.

Lo que está claro es que la polémica está servida, por lo que habrá que ver la evolución de esta revolución en el tenis mundial más modesto.