El club Navial celebrará este domingo a partir de las 12 de la mañana su tradicional gala anual. El acto de este año estará marcado por el homenaje que tributará al mejor nadador cordobés de todos los tiempos, Rafa Muñoz.

El cordobés, pese a que compitió por última vez el 2 de agosto del 2015 en los Mundiales de Kazán, no anunció oficialmente su retirada hasta el pasado año. Por ello será ahora cuando su club le reconocerá los méritos acumulados a lo largo de una carrera espectacular a la que solo faltó un podio olímpico.

Rafa Muñoz entró en el mundo de la natación muy pequeño en las escuelas del Navial. Muy pronto empezó a destacar, concretamente en el 2003 al lograr sus primeras medallas en el Festival Olímpico de la Juventud Europea (FOJE) de categoría infantil. Tras conseguir cuatro oros en el FOJE del 2004, ya toda la natación andaluza sabía que en Rafa Muñoz había un superclase que en cualquier momento explotaría.

El primer aviso serio lo dio en 2005 cuando ganó el título europeo júnior de 50 mariposa. Al año siguiente volvió a ganar el oro continental júnior en la misma prueba y empezó a subir a los podios en los campeonatos nacionales absolutos.

En 2006 ya había abandonado su Córdoba natal y los entrenamientos a las órdenes de María del Mar Gamito, la entrenadora que mejor llevó y comprendió a este genio de las piscinas. El estreno en una gran competición nacional absoluta le llegó también en el 2006, concretamente en el Europeo de piscina larga de aquel año.

Pero lo mejor estaba todavía por llegar. A medida que iba sumando títulos y récords nacionales --obtuvo 33 oros y 40 récords nacionales a lo largo de su carrera-- todo la natación española empezó a asombrarse por lo que era capaz de hacer ese chaval de Córdoba al que llamaban ‘Xaxo’.

El 2008 era año olímpico y Rafa Muñoz lo tenía claro, pues quería ir a los Juegos. Por entonces había abandonado sus entrenamientos en Madrid para irse a Barcelona.

Las primeras plazas para los Juegos de Pekín se jugaron en el Europeo de Eindhoven y Rafa Muñoz sorprendió ganando dos bronces en 50 y 100 mariposa y ganándose el billete olímpico en el hectómetro.

Los Juegos no le salieron bien a un Rafa Muñoz, que no pasó del puesto 31 en los 100 mariposa de Pekín.

De cara al 2009 decidió, junto a la gente de su club, el Navial, dar un nuevo rumbo a su carrera marchándose a entrenar a Marsella. Allí,trabajando junto a algunos de los mejores velocistas del mundo, daría lo mejor de sí mismo en una campaña para enmarcar. Tras avisar en la temporada en piscina corta ganando varias medallas europeas, se presentó en Málaga para disputar el Nacional open. En la recién inaugurada piscina de Inacua batió el 4 de abril el récord de Europa y un día más tarde el récord del mundo de 50 mariposa con una marca de 22.43. Eran los tiempos de los bañadores mágicos de poliuretano que lograron que cayeran récords mundiales por doquier hasta su prohibición a finales de aquel año. Rafa, que todavía posee ese récord mundial, pasó entonces a estar en el ojo de la prensa deportiva nacional que quería conocer de cerca a este gran nadador. Pero la fama la asimiló mal Rafa Muñoz, pues empezó a agobiarse. Pese a todo fue a los Mundiales de Roma para conquistar dos bronces en 50 y 100 mariposa, una gesta que hasta entonces nunca había conseguido ningún nadador nacido en España.

Tras los éxitos del 2009 llegaron unos meses de alejamiento de la piscina que no acabaron hasta que en febrero del 2010 volvió a entrenar, pero esta vez en Barcelona. Ese año llegaría otra nueva gesta, la conquista del primero de sus tres oros europeos absolutos en 50 mariposa.

Todo parecía ir de nuevo bien, ya que Rafa Muñoz había superado por un despiste hasta una posible sanción por no comunicar, como debía, sus lugares de localización para los posibles controles antidopaje.

Sin embargo, a partir del 2011 vino la cuesta abajo de Rafa Muñoz. En 2011 no fue capaz de hacer las mínimas para ir al Mundial y en 2012 tampoco logró la marca necesaria para participar en los Juegos. En 2013 hizo su último intento de volver a la élite mundial, dejando Barcelona para volver a entrenar en Marsella. El objetivo era preparar a conciencia los Mundiales de Barcelona de ese año. Pero Rafa Muñoz no entró en ninguna final. De regreso a Barcelona afrontó las dos últimas campañas de su carrera hasta que la luz de este nadador se apagó una tarde de agosto del 2015 en Kazán.

Rafa Muñoz vive ahora en Barcelona, está casado y tiene un hijo de casi dos años. Tras estar un año y medio alejado de la natación, ahora ha vuelto para colaborar con la Federación Andaluza. Por ello estuvo hace solo unos días en la Copa de Andalucía de clubs de Mairena. Además viajará con la selección andaluza infantil y júnior que disputará el Campeonato de España por comunidades (Madrid, 18 y 19 de febrero).

Rafa asegura que «hay un proyecto para que en las selecciones andaluzas haya un exnadador que ayude a los actuales. Los nuevos gestores de la FAN --entre los que está Rafael Blanco-- quieren dar un apoyo a los deportistas para que tengan cosas que en su momento yo no tuve».

Sobre su carrera y larga lista de medallas y récords acumulados reconoce que al final lo que le ha quedado es «muchas estadísticas, momentos, experiencias, vivencias pero poco más, da pena la verdad. Tenemos deportistas en España a los que tras dedicar tantas horas de esfuerzo durante tantos años habría que ofrecerles colaborar de alguna manera. Personalmente, mi adiós ha sido agridulce y en la sombra aunque por otra parte ha sido el que yo he querido».

Para los futuros nadadores pide que «intenten escucharlos y no callarlos. También que les ofrezcan más opciones para que figuren y sean valorados más. El nadador es un eslabón clave en cualquier federación», concluye el nadador cordobés antes de su homenaje del domingo.