La credibilidad se obtiene con hechos y a este Córdoba, a todos los niveles, se le pasó el tiempo de las palabras. En el aspecto meramente deportivo es cierto que Rafa Navarro ha conseguido por primera vez en toda la temporada que el conjunto blanquiverde transmita mayor sensación de bloque, de equipo, con las líneas si no compactas, sí al menos más cercanas de lo que mostraba durante el resto de temporada.

Numéricamente, Rafa Navarro ha hecho un punto menos que Curro Torres en sus primeros cinco encuentros, aunque aquella jugada ante el Málaga, en su debut, deja también en el aire esa sensación de que el equipo blanquiverde ha dado un pasito hacia adelante, algo que tendrá que corroborar en las diez últimas jornadas después de sumar cuatro puntos en los dos últimos encuentros. La continuidad nunca hallada en los puntos que ahora parece tener una incipiente esperanza por lo que se ve en el campo.

La mejora en los laterales, la recolocación de Luis Muñoz y líneas más juntas, claves

Tras el golpe dado en la portería, los laterales blanquiverdes han mejorado en el último mes, mientras que en el centro de la defensa se confirma que la pareja traída en el mercado invernal está llamada a ser la titular. Otro movimiento de Navarro que ha dado frutos es acompañar a Bodiger (otra buena noticia del mercado invernal) de Luis Muñoz, que el lunes se ejercitó en El Arcángel y apunta, al igual que Chus Herrero, al partido en el Martínez Valero. Tanto Andrés Martín como Carrillo y, sobre todo, Federico Piovaccari confirman que el problema de este Córdoba no es ofensivo (es el séptimo máximo goleador de la categoría), por lo que quizás la última vuelta de tuerca que le resta a Rafa Navarro se sitúa en las bandas, algo por otra parte nada fácil, ya que no hay excesivos hombres como alternativa a Jaime Romero y a Miguel de las Cuevas.

Es el último paso que ha de dar el técnico blanquiverde para hacer más compacto a este Córdoba en la recta final de Liga.