El técnico del Córdoba, Rafa Navarro, ha comparecido en sala de prensa al término del partido de su equipo ante el Lugo, encuentro que ha finalizado con derrota de los blanquiverdes por 0-4.

El míster de Ciudad Jardín ha asegurado que la derrota ante los gallegos "ha sido la consecuencia de un año malo en todos los sentidos, el equipo no ha dado la sensación de nada". Ha añadido que "es hora de dar la cara, que cada uno asuma su grado de responsabilidad, he llegado hace un mes y algo y tengo que asumir mi parte, pero también los demás".

Ha manfiestado que "cada uno sabe lo que ha hecho, la afición no se merece esto", reconociendo que "en ningún momento hemos entrado en el partido, aunque estuvimos toda la semana avisando sobre su importancia, que era todo o nada".

"No sé lo que ha pasado por la cabeza de los jugadores, si les ha podido la presión, pero es cierto que así es imposible mantener la categoría", ha asegurado el entrenador de los blanquiverdes que, decepcionado, ha recalcado que "era el día de dar todo y es una decepción muy grande para mí, como cordobesista, del partido que hemos hecho en todos los sentidos".

Navarro no ha escurrido el bulto. Ha sido autocrítico al afirmar que "el primer culpable soy yo, porque soy el que decide los jugadores que salen al terreno de juego". Indicado que "asumo mi parte de culpa", ha matizado que "cada uno tiene su cuota de responsabilidad de lo que ha sido la temporada".

"DEFENDER EL ESCUDO"

Aunque "las matemáticas dicen que se puede salvar el equipo", ha indicado que "cada día es más complicado", y ha asegurado que "tenemos que ser conscientes y consecuentes de lo que viene, dos meses duros. Hay que ser hombres y dar la cara, defender el escudo del Córdoba hasta el final lo mejor posible".

Cuestionado sobre lo que le dijo a los jugadores al acabar el partido, Navarro ha respondido que "no les he dicho gran cosa", ya que "se lo dije en el descanso, cuando aún había posibilidades de darle la vuelta al partido, pero lo que les he dicho se queda en el vestuario".

Navarro ha recordado que "ellos saben que llevo 25 años en este club, lo que para mí significa el Córdoba CF y muchos se irán, pero yo me quedo aquí". "La verdad es que me duele esto, no sé lo que pasa por las cabezas de los jugadores o si les ha podido la presión en este partido".

"ERAN DIEZ CARTAS Y TENÍA SIETE ERAN MALAS"

"Ahora empieza otra temporada", ha llegado a afirmar Navarro, ya que "el equipo tiene que hacerlo todo muy bien para salvarse, y yo voy a poner (en las alineaciones) a los que realmente entrenen bien y piense que van a defender el escudo del Córdoba de aquí al final".

Ha aceptado la dificultad de la empresa de salvar al club blanquiverde cuando obtuvo el cargo de entrenador. "Está claro que esta oportunidad se me presentó porque el equipo estaba como estaba, si no era imposible que a estas alturas Rafa Navarro cogiese el Córdoba CF; sabía donde me metía, no ha salido bien pero era mi sueño y poco más puedo decir, lo defenderé hasta el final", ha indicado, antes de añadir que "eran diez cartas y tenía siete malas".

El entrenador del Córdoba ha descartado que los impagos que vienen arrastrando los jugadores en dos de sus nóminas influyeran en el rendimiento en el campo. "La plantilla no estuvo en ningún momento fuera del partido porque no cobrase, ni muchísimo menos, estábamos más preocupados por la gente de las oficinas que por nosotros mismos".

También ha recordado que "desde que llegué fue una final tras final, algunos jugadores les ha podido un poco la situación y ante el Lugo ha sido el cúmulo de toda la temporada, cuando tenía que salir todo bien salió todo mal. En Segunda, cuando tienes un mal día cualquier equipo te pinta la cara, y el Lugo lo ha hecho".

"NO SERÍA LA SOLUCIÓN"

Cuestionado sobre si espera un despido después de la derrota ante el Lugo, Rafa Navarro ha respondido que "pienso que no sería la solución, me veo capacitado y fuerte para acabar la temporada".