Ya sabe lo que es salir del Córdoba por la puerta de atrás. Entró en el club en infantil, pero “me echaron”, dice Rafa Gálvez desde tierras ilicitanas, donde el canterano cordobesista defiende al filial del Elche desde principios de temporada. Ha vivido los momentos más importantes de la historia del Córdoba B y ha llegado a debutar con el primer equipo. El filial se le quedó pequeño; Primera, grande, o eso le dijeron. Ahora Gálvez ha dejado su posición natural de stopper para bajarse a la defensa, donde es indiscutible en el centro de la zaga.

--¿Cómo le va?

-- Muy bien. Una experiencia nueva en mi vida y disfrutando de ella.

--¿Sería un sueño que le hiciese debutar Escribá esta jornada?

--Sería un sueño que Escribá me hiciese debutar cualquier jornada. Sería un sueño debutar en Primera, contra el Córdoba o contra el que sea, pero sería un sueño para mí y para mi carrera.

--¿Se ve con posibilidad? ¿Está entrenando con el primer equipo?

--El jueves, precisamente, entrené con ellos. Eso es decisión de Escribá y yo lo que tengo que hacer es entrenar duro, que ese es mi trabajo. Más que posibilidades, es lo que deseo.

--¿Cómo le va su reconversión a central?

--No es una posición muy desconocida para mí. Ahora juego con más regularidad y estoy cómodo. Mi posición realmente es pivote defensivo, pero el entrenador lo ha decidido así y yo con 21 años no voy a poner queja. Lo que quiero es jugar y la polivalencia es buena para mí. Una virtud que debe tener un jugador.

--¿Asistirá al Martínez Valero?

--Claro. Voy a todos los que pueda. Iré con los compañeros y la familia, que aunque no esté aquí no me siento solo para nada porque la gente de Elche es súper acogedora. Paso más tiempo con los del Ilicitano, que son más de mi edad.

--¿Cómo ve al Elche?

--Está en muy buena tónica. Está entrenando duro y los resultados llegarán. Yo, que estoy ahí metido, soy consciente de que se está haciendo un gran trabajo. El equipo va a una y esperemos que se vea reflejado el domingo.

--Pero tampoco lloraría demasiado si gana el Córdoba.

--Voy con el Elche, que es el escudo que defiendo. Me afectaría si pierde, porque es el equipo que defiendo y si gana, pues una alegría que nos llevamos.

--¿Usted salió bien del Córdoba?

--Bueno… Al Córdoba le estoy agradecido, pero las formas o cómo se habló no me convenció del todo. Al Córdoba no le puedo reprochar nada porque si he sido algo ha sido por el Córdoba. Ahora… las formas… No es que me afectara mucho, pero como todo en la vida se puede mejorar, aquello se pudo hacer mejor.

--¿En qué se podía haber mejorado?

--En las explicaciones. Más diálogo entre las partes. Se tomó la decisión de salir y estoy en un club que no me arrepiento. Me cogió gente de la directiva, me dijo que el Córdoba B se me quedaba pequeño, pero el primer equipo se me quedaba grande. Me buscaron un grado intermedio que a mí no me convencía -no quiere especificar el qué, “es pasado”-y frenaba mi carrera. El Elche se puso en contacto e interés que era difícil negarse.

--Sí, pero el Córdoba se reservó el 50% de sus derechos.

--Eso ya es cosa de club y es secundario para mí. Yo me dedico a velar por mi carrera.

--¿Cómo ve que llega el Córdoba?

--Con muchas ganas. Tanto uno como otro son rivales directos y los dos irán a por la victoria. El Elche irá a ganar ante su gente y el Córdoba buscará la primera victoria del año, que le hace mucha falta. El Elche en casa es muy fuerte y es un rival muy complicado de batir.

--¿En cualquier caso, dos candidatos para luchar por la salvación?

--Eso se dice ahora, pero si uno de los dos gana tres o cuatro partidos se pone arriba. El Elche siempre ha estado en mitad de la tabla. Lo que hay que pensar en el partido a partido, hacer un buen trabajo y ganar.

--¿Cuál ha sido su mayor alegría futbolística?

--Cuando se ascendió de Segunda a Primera, por ver a una ciudad tan volcada.

--¿Aunque su participación fuese meramente testimonial? ¿Más que con la fase de promoción de Villa o la salvación en Albacete?

--Es que eso son partidos y fue una alegría por todo un año sufrido. Trabajé más el ascenso de Tercera a Segunda B con Villa o el año pasado con Romero, que ha sido el año más complicado que he tenido yo en mi vida futbolística. Pero ya no es el día más feliz en cuanto a trabajo. Es que cuando uno es de la tierra y ve a toda la ciudad volcada… si eres de la tierra te llena. El año de Villa fue completo y espectacular. El año pasado fue jodido y se sacó adelante. Pero no hay nada como ver al equipo en Primera.

--¿Cuándo destituyeron a Villa en el primer equipo, los canteranos sentisteis que vuestras posibilidades de llegar al primer equipo se reducía?

--Aparte de lo futbolístico también está lo emocional. Pablo Villa fue un entrenador que nos enseñó a todos los miembros de ese año a cuidarnos como futbolistas, ser futbolistas y ser mejores futbolistas. Con ese hombre todos aprendimos muchísimo y cuando lo destituyeron, más que ver que nuestras posibilidades con el primer equipo se venían a bajo, era tristeza. Fue un entrenador que nos había enseñado tanto, que había conseguido algo importante como era ascender a Segunda B, que el filial nunca había estado ahí, se iba. Si se va Pablo, llega otro entrenador y hay que ganarse el puesto. Se iba una persona humilde, trabajadora y un gran entrenador. Él decía que no podía ser amigo de sus jugadores, pero cuando ya no es tu entrenador, tienes un amigo ahí.