La letra de la canción Qué tiempo tan feliz sirvió para darle nombre a un conocido programa de la televisión española, por el que, con tintes nostálgicos, desfilaban protagonistas de otras épocas.

En el fútbol cinco años pasan muy rápido, al ritmo vertiginoso en el que se mueve, pero es un lapso de tiempo en el que cambia mucho la vida de los protagonistas del balón. Ayer se cumplieron cinco años del ascenso a Primera en el estadio de Gran Canaria, un campo que ya no luce la pista de atletismo -fue retirada dos temporadas después- a la que se saltaron cientos de aficionados amarillos para celebrar un hito que no llegó a cumplir su club, ya que el destino reservaba para Uli Dávila el gol definitivo. Probablemente todos los cordobesistas sienten hoy nostalgia de aquel instante.

Pero muchos de los protagonistas de aquella gesta en parte inesperada -el Córdoba acabó séptimo la liga regular- no han tenido, precisamente, una proyección sobresaliente. De hecho, ninguno de los once titulares está ya en la Primera española. Dávila, después de pasar por el Tenerife, el Vitoria Setúbal, el Santos Laguna mejicano y el Delhi Dynamos indio, juega ahora a prueba en el Chivas de Méjico. Del país norteamericano salió en enero de este 2019 para su aventura india, que se saldó con seis partidos jugados. Con solo 28 años deberá demostrar sus cualidades en el Chivas para poder jugar el torneo Apertura.

Raúl Bravo y Carlos Aranda, titulares en el Córdoba y Las Palmas, son presuntos cabecillas de una red de amaños

Peor le ha ido a Raúl Bravo. Él fue el que dio la asistencia desde la izquierda para el remate de Dávila, y actualmente está de triste actualidad por la operación Oikos, que investiga una red de amaños de partidos en conexión con apuestas fraudulentas. Los investigadores sitúan a Bravo a la cabeza de esta red.

Curiosamente otro futbolista que jugó de inicio aquel partido, aunque en las filas de Las Palmas, también es uno de los presuntos cabecillas de la compra de partidos. Carlos Aranda, presunto compinche de Raúl Bravo, jugó solo ocho partidos más, en el Numancia, antes de retirarse del fútbol profesional.

Pero también llama la atención que dos de los entonces compañeros de Aranda, Aythami y Deivid, fuesen los centrales titulares del conjunto grancanario. Justo después del ascenso Deivid firmó por el Córdoba, con el que jugó en Primera y posteriormente en Segunda hasta su salida en el verano del 2017 al Valladolid. Un año después regresó a Las Palmas, club del que salió en enero del 2018 Aythami para ayudar en la permanencia casi milagrosa del Córdoba de la 2017/18. Y al que volvió un año después para unirse a Deivid. Menudos giros da el fútbol en media década.

Pelayo Novo está en un hospital de parapléjicos y el Chapi Ferrer entrena al equipo de veteranos del Barça

Menos movimiento tuvo el entrenador del Córdoba, el Chapi Ferrer, que se hizo cargo del Mallorca en la 2015/16 tras solo ocho partidos en primera con los blanquiverdes, un curso antes. Su segunda experiencia tras salir de El Arcángel llegó en 2018, cuando se hizo cargo del equipo de veteranos del Barcelona, el Barça Legends, cogiendo el testigo José María Bakero, y donde continúa.

Finalmente, el futbolista que colgó la pelota desde la derecha para la posterior asistencia de Bravo fue Pelayo Novo. Un futbolista que se encuentra actualmente en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, después de caer de la tercera planta del hotel donde se concentraba con su club, el Albacete, hace más de un año.