La etapa de ayer fue 300 kilómetros, que arrancaba en Girona y tras realizar los relevos en Perpignan, Narbonne y Montpellier, finalizaba la localidad de Nimes --a 250 kilómetros de la frontera con España--, donde los corredores pudieron contemplar las ruinas del anfiteatro romano y otros emblemáticos monumentos. El momento más complicado llegó con el paso de la frontera con Francia, donde finalmente sí pudieron cruzar, a pesar de transitar por carreteras con un alto volumen de tráfico debido a que la Costa Azul se encuentra en temporada alta. A diferencias de otros días, durante la pasada madrugada un grupo emprendió un relevo desde Nîmes hasta llegar a Arles ya a las 08.00 horas de hoy.

Desde la organización insisten en que no fue un día excesivamente caluroso aunque sí se registró una humedad alta y además, los corredores se encuentran en buen estado de formaantes de afrontar las tres últimas etapas por tierras italianas. La prueba encara su segundo y último día por tierras galas con una etapa de 275 kilómetros que los 40 corredores prevén terminar en Vintimilla, a pocos kilómetros de la frontera con Italia, aunque en función de su estado pueden acabar en Niza.