En medio de los peores números de su mandato a estas alturas de temporada, Florentino Pérez prescindió de Lopetegui, entre de reproches, sin tener ni avanzado el sustituto de garantías que precisa. La solución temporal, Solari, tomó las riendas del equipo sin ninguna certeza de permanencia al mando de la plantilla de los ocho candidatos al Balón de Oro, mientras fructifican, o no, las operaciones en el mercado.

Como un niño enrabietado que no comprende por qué las cosas no son como él creía, o quería, el Real Madrid señaló sin pudor a Lopetegui y remarcó el carácter temporal del nombramiento de Santiago Solari para solucionar la crisis, oficializando así su desesperada búsqueda de entrenador.

El argentino se estrenó en el cargo en la previa de un partido, este miércoles en Melilla (19.30 h.) en Copa del Rey, sin presentación oficial ni referencia alguna a su nombramiento, como procede a su presunta efimeridad, pero con la capacidad de mutar su condición a permanente, ante el desatino del club a la hora de encontrar un sustituto para Lopetegui. Así llegó Zidane, y no era el primero, y terminó consolidado en la élite mundial de los entrenadores. “Todos estamos de paso, en la vida y más en este trabajo”, dijo Solari en medio de una deriva existencialista para salir del tema.

Sin opciones de mercado

El Real Madrid intenta acelerar el sondeo de entrenadores, pero la lista de candidatos no se amplía y los argumentos que impidieron sus fichajes en verano, cuando se terminó en Lopetegui después de tocar puertas por toda Europa, no menguan. Las aspiraciones blancas se disipan entre los obstáculos de una carretera que la directiva lleva tiempo sembrando de minas.

El rumor más fundado es el de que ningún entrenador quiere asumir el Real Madrid en su actual situación. A partir de ahí, la negociación con Antonio Conte se encuentra lo más alejada al acuerdo de lo que ha estado. En Inglaterra ha resurgido el nombre de Pochettino, comprometido con el Tottenham, mientras que la Federación belga ya anunció que, quien quiera contratar a Roberto Martínez, tendrá que llegar primero a un acuerdo con ellos. Los rumores alcanzan nombres de menos prestigio en los banquillos, como Míchel, Guti, Blanc, Jardim o Laudrup, pero un fichaje así entraría en conflicto con el perfil que hasta ahora ha buscado el club.

El debut de Solari

En su primera rueda de prensa, Solari apareció sonriente, relajado, entusiasmado, buscando caras conocidas entre la prensa para compartir una mirada cómplice. No se posicionó y evitó temas de los que no quería hablar.

Lo que quería era inundar los titulares con su alegato en favor de la lucha y la entrega: "La idea es ir a Melilla y jugar con dos cojones", dijo, como hacía Zidane cuando venían mal dadas; en medio de una comparecencia alejada de la histeria, como hacía Zidane.

Solari negó con vehemencia, y con criterio, la inevitable comparación con el francés. “Mejor dejarlo tranquilo, ahí, en su grandeza y no dedicarnos a comparar a nadie con él”, dijo, pero demostró que, por lo menos en la sala de prensa, se parece más a Zidane de lo que se parecía Lopetegui.

Con bajas a Melilla

Solari debuta hoy en Copa en Melila con las bajas de Carvajal y Vallejo, ya ausentes en el clásico, y de Varane, Mariano y Marcelo, que terminaron lesionados en el Camp Nou y el club confirmó que tienen diversas lesiones musculares.

En el Álvarez Claro, en tierras africanas, se espera a Vinicius como punta de lanza de un equipo alternativo, con oportunidades para los menos habituales. Solari tuvo que responder a más preguntas sobre el brasileño, al que ha tenido a su cargo en el filial durante gran parte del inicio de temporada, que sobre cualquier otro tema. “Es un jugador más de la plantilla”, dijo en las dos primeras respuestas, “tiene mucho que aprender, pero también mucho que dar, también ahora”, puntualizó en la tercera.

El cambio se ha extendido como una hiedra que conquista muros hasta la preparación física, donde Antonio Pintus, el preparador que sobrevivía, en un segundo plano con Lopetegui, desde la etapa de Zidane por deseo de la directiva y los jugadores (Marcelo le dedicó un gol hace menos de una semana, en el partido ante el CSKA), recuperó el orden y mando.