Cuando Alemania mire atrás hacia la generación dorada que llevó al país a conquistar su cuarta Copa del Mundo lo hará sin duda reconociendo la figura de su capitán Philipp Lahm. “Tener o no los mejores jugadores da igual, lo que importa es ser el mejor equipo”, celebró tras recibir el máximo trofeo futbolístico de las manos de la entonces presidenta brasileña Dilma Rousseff. Ahora, tras una larga y exitosa carrera en las filas de Bayern de Múnich y en la selección, el eterno defensa muniqués ha anunciado que a final de temporada cuelga las botas.

Líder inconfundible del equipo bávaro y del cuadro nacional teutón, Lahm confesó este martes tras derrotar al Wolfsburgo por 1 a 0 en un encuentro de Copa que necesitaba un respiro. “Soy capaz de darlo todo cada día, cada entrenamiento y cada partido hasta final de temporada. Después de eso, necesito parar”, aseguró. A pesar de que se especulaba sobre su inmediata incorporación a la estructura del club como director deportivo, el capitán bávaro ha decidido aplazar ese nuevo reto profesional después de ser elegido por el director Karl-Heinz Rummenigge y el presidente Uli Hoeness.

A los 33 años, Lahm pasará a la historia por ser considerado uno de los mejores jugadores de su generación, un carrilero perfecto capaz de sellar la banda como lateral, desbordarla como extremo y de reconvertirse en centrocampista. Nacido en Múnich y criado futbolísticamente en la cantera del Bayern desde los 11 años, Lahm ya destacó como líder en las categorías inferiores, donde dejó boquiabiertos con su talento a varios de sus entrenadores. “Si Philipp Lahm no lo logra en la Bundesliga nadie más lo hará”, confesó su técnico Hermann Hummels.

COMANDANTE DE LA ÉPOCA DORADA DEL BAYERN

El presagio se convirtió en realidad y, gracias al sacrificio y al constante trabajo para sobresalir en un equipo siempre plagado de grandes jugadores, fue escalando posiciones hasta convertirse en el principal baluarte del equipo más poderoso de Alemania, un referente tanto en el terreno de juego como en los vestuarios. Con el 21 marcado en la espalda, Lahm ha conquistado ocho Bundesligas, siete Copas de Alemania y tres Supercopas. Fijo en los esquemas tácticos bávaros desde el 2005, lideró al conjunto en su época dorada y de la mano de Jupp Heynckes conquistaron un triplete que devolvió el Bayern a la gloria europea a la que aspiraba desde el 2000.

Tras años de intentonas fallidas y de más de una década de sequía, Lahm tomó las riendas de la selección alemana tras la retirada de Michael Ballacken 2010 y la guió hasta el más alto de los podios futbolísticos en 2014, acercándose al récord de Brasil. Comandada por el bávaro, la escuadra teutona ofreció una exhibición constante que dejó grandes momentos históricos como la humillante derrota por 7 a 1 que infligieron a los de Neymar en su propia casa y en semifinales o la agónica victoria contra la Argentina del todopoderoso Messi.

UNO DE LOS MEJORES DEFENSAS DEL SIGLO XXI

A pesar de su carácter humilde, siempre apuntando al equipo, su palmarés individual no deja duda alguna sobre su lugar en la historia. Así, fue seleccionado en el mejor equipo de los mundiales de 2006, 2010 y 2014 y en el once ideal de la UEFA en 2006, 2008, 2012, 2013 y 2014, más que ningún otro jugador del Bayern, convirtiéndole en uno de los mejores defensas del siglo XXI.

Una carrera para enmarcar con un estilo tan efectivo como limpio y elegante. Curiosamente, en 15 años de trayectoria no ha visto una sola tarjeta roja. Su adiós era esperado pero dejará al conjunto bávaro un poco más huérfano de las ideas que fascinaron al propio Guardiola: “Es el futbolista más inteligente al que he entrenado nunca”. Palabra de Pep.