«Sueño de noche, sueño de día» cantaba Felipe Konde en la previa del pasado sábado, en El Arcángel, cuando entonaba su Peligrosa, éxito en la próxima Feria -seguro- y el próximo verano. Y lo que era un sueño hace muy pocas semanas, se convirtió tras la canción del cordobés en el césped del coliseo ribereño en una realidad.

«Hemos hecho lo imposible; ahora tenemos que hacer lo difícil», comentaba un miembro del consejo de administración de la entidad blanquiverde nada más terminar el encuentro.

Después de muchas semanas con el gancho en la papada, el Córdoba llega en igualdad de condiciones, como mínimo, a la recta final de Liga. Sin ir más lejos, el próximo domingo, en el Reino de León, comprobará cómo un rival directo por la permanencia no tiene otra que salir a ganar por lo civil o por lo militar, la frase que acuñó Luis Oliver en el proceso de venta del club.

Para colmo, Sandoval recupera a Aythami y, posiblemente, a Álex Quintanilla, con lo que el argujero negro que tenía el Córdoba hasta el pasado mes de enero se ha convertido, paradójicamente, en una de las mejores zonas del equipo merced a las actuaciones de Jesús Valentín y la de Josema, ante el filial sevillista. El joven defensa, hay que recordarlo, también actuó en su momento como lateral zurdo, por si el de Humanes se atreve a colocar a Galán como extremo y a Narváez en su sitio, la mediapunta. Variantes y opciones que hacen enriquecer al equipo, que ha visto cómo una situación más que peligrosa se ha convertido, «simplemente», en difícil. El club, por cierto, quiere repetir previas.