Este viernes se informó que el partido dispuesto este sábado a las 18.00 horas entre Reus y Córdoba corre serio riesgo de no disputarse. Los jugadores del club reusense llevan tres meses sin cobrar sus nóminas y la situación afecta de forma grave al encuentro de la 18ª jornada de Liga.

La plantilla rechazó la solución planteada a inicios de esta semana por LaLiga, que ofreció un aval que cubriese las nóminas impagadas por el club catalán así como el resto de los emolumentos a cobrar durante lo que falta de temporada, y ha denunciado formalmente a los gestores del club, del que es propietario Joan Oliver, por los impagos.

El propio Oliver ha deslizado a medios de comunicación catalanes, entre ellos la Cadena SER de Reus, que "el sábado llegará la inyección económica necesaria". Precisamente el sábado, día en que se disputa el partido. La plantilla, por su parte, dará un comunicado a los medios de comunicación y a la propia afición reusense en una rueda de prensa, que se espera para este viernes.

Por contra, el departamento de prensa del Reus asegura que "a esta hora no está previsto ningún comunicado del club" y que "seguimos preparando el partido, ya que no nos han dicho nada de que no se vaya a jugar". Un partido que no depende solo de la intención del Reus, sino también del posicionamiento de la plantilla, que se conocerá antes del propio sábado, y de LaLiga, que podría acabar aplazándolo o suspendiéndolo si entiende que no se dan las condiciones deportivas necesarias para que discurra con normalidad. El caso afecta al prestigio y a la imagen del campeonato de fútbol de Segunda División, e incluso a los resultados deportivos de aquí al resto del torneo, puesto que si finalmente el Reus es descendido por los impagos, el resto de partidos que debía disputar se darán como ganados por su rival por el resultado de 1-0 o 0-1, respetándose los resultados de los encuentros jugados por los reusenses antes de este sábado.

El Córdoba CF se encuentra, por tanto, en una situación delicada y poco habitual. Si el partido se aplazase porque el propietario del Reus, Joan Oliver, demostrase a LaLiga y a los jugadores que tiene esa "inyección económica" necesaria para pagar las nóminas atrasadas y las que quedan por abonar esta temporada, se jugaría en una fecha a determinar, y el Córdoba tendría un partido menos hasta entonces. Si finalmente se suspende porque se descienda por impagos al Reus, el Córdoba obtendría los tres puntos sin saltar al campo.

Pero si el Reus-Córdoba se disputa cuando estaba previsto, este sábado, será sin duda un encuentro único y especial ante una grada que se prevé llena por que podría ser el último de su historia.