El técnico del Córdoba CF aseguró, tras la derrota por 1-0 ante el Sevilla Atlético, que “en un duelo de tantísima igualdad”, la “expulsión” de Alberto del Moral, en el 71’, “decantó” el devenir final. Explicó que el Sevilla Atlético es un equipo “físicamente muy poderoso” y hecho “a imagen y semejanza” del primer equipo rojiblanco. Finalmente, una “acción a balón parado decidió”, con los blanquiverdes con uno menos, llevó al gol de Iván Romero, decisivo. La segunda amarilla a Del Moral lo "desigualó todo mucho" y el rival, con "menos opciones arriba" que los suyos, según Alfaro, logró "marcar el gol". No obstante, no quiso cargar las tintas específicamente sobre el pivote castellano-manchego: "Es un chico joven y tiene que aprender a minimizar las situaciones cuando tiene tarjeta, pero eso se cura con la edad", dijo.

Cuestionado sobre si el equipo blanquiverde pierde buena parte de sus opciones de ascenso a Segunda, Alfaro indicó que "ahora toca descansar y restañar un poco las heridas” para, desde este lunes, “pensar en el siguiente partido”. “Lo que tenga que suceder en el futuro, Dios dirá”, añadió. Y es que, según el análisis del aragonés, "este encuentro ya no tiene remedio". El míster espera "analizar" para comprobar "qué es lo mejorable" tras la derrota, ya que vio a sus jugadores "con ganas, disposición, intensidad e ilusión por vencer". En este sentido, cree que "no les puede pedir más" a sus pupilos y recalcó que, ante la "muchísima igualdad" en la categoría, la derrota, "aunque no nos guste perder, forma parte de este deporte".

¿Se escapan las ilusiones de ascenso? Alfaro no quiso entrar en esa cuestión, e insistió en que "el equipo tiene que pensar en recuperarse y en mirar al siguiente partido". De hecho, aseveró que "hay veces que nos ponemos metas tan lejanas en el tiempo que no ayudan en nada". Así, sabiendo que "se intentó con todos los medios" y con las "virtudes y armas" de su equipo, reconoció que, tras la derrota, "lógicamente te vas fastidiado". En este sentido, Alfaro sabía que "la disputa futbolística era dura" ante un Sevilla Atlético que "te exige muchísimo a nivel físico". Aunque el maño cree que su equipo logró "igualar esa condición", e incluso "superarla por momentos", indicó que "no fuimos efectivos", lo que fue fue decisivo. "Nos vamos jodidos porque queríamos ganar el partido", apuntó.

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Eso sí, el míster del Córdoba CF considera que los jugadores "saben que este es el camino para el equipo que somos" y apela a la "positividad", a "seguir creyendo en ello". No obstante, esa falta de efectividad arriba, según Alfaro, lastró a sus atacantes. "Si consigues llegar cuatro o cinco veces es más fácil conseguir el gol que si solo llegas una", manifestó, cuestionado sobre el arreón final en el descuento, con el balón al palo tras el remate de Willy.

El técnico aragonés apostó por un 4-4-2 con dos delanteros arriba, Piovaccari y el debutante Ródenas. Explicó que con ello buscaba romper los "puntos fuertes del rival" con una "variante que pensaba" que podía "irle bien" a los suyos. De hecho, consideró que "el partido estuvo bastante bien interpretado" durante la primera parte. Además, ya con uno menos y por detrás en el luminoso, "volvimos a tener ocasiones" en un formato de juego "más simplificado".

Ahondando en el análisis táctico del choque del Jesús Navas, el míster aseguró que el tipo de juego del Sevilla Atlético, con "interiores muy fuertes que no te dejan maniobrar", le llevó a "no querer caer en la trampa". Así, buscó "tener más presencia arriba" para lograr "más remate", incorporando a "jugadores nuevos, mucho más verticales, por fuera", en referencia a Nahuel Arroyo, con su primera titularidad, y a Moussa Sidibé ya en la segunda parte. "Excepto en poder marcar un gol más que ellos, el resto del partido estuvo más a nuestro favor", afirmó.

También se le cuestionó por esa tensión que se vivió en la zona técnica del Estadio Jesús Navas. Alfaro explicó que "se notaba la tensión, lógicamente", más si cabe ante un Sevilla Atlético que "va a los duelos de verdad y nunca rehúye las disputas". Aunque, una vez pasada la adrenalina del encuentro, tocaba "felicitar al rival y a Paco (Gallardo), con el que me llevo estupendamente bien". El técnico del Córdoba se reencontró con la que fue su casa durante muchos años como futbolista. "Ha cambiado mucho esto, lógicamente para bien, ojalá ambos equipos estemos lo más arriba posible", finalizó.