«Gane quien gane, todo seguirá igual», comentaba un aficionado cordobesista el domingo por la tarde cuando se le planteaba el futuro blanquiverde en clave municipal. No le falta razón al seguidor blanquiverde, que aún tenía tiempo para bromear: «Deberíamos seguir en el antiguo estadio, cuando se entrenaba a veces en el Puga». Nada ha cambiado para el Córdoba en las últimas décadas. Continúa entrenando en una ciudad deportiva que no es propia, El Arcángel sigue sin rematarse y la cesión del estadio permanece en el aire, a pesar de los esfuerzos de los últimos meses desde la entidad blanquiverde. Con el nuevo Gobierno local, los retos, también para el propio Córdoba, será desatascar los mismos escollos de finales del siglo XX. El tiempo no parece haber pasado para el Córdoba, mientras que por el Ayuntamiento han pasado cinco gobiernos diferentes.

SEGURIDAD JURÍDICA

CESIÓN DE EL ARCÁNGEL / En los últimos años, la tramitación de la cesión de El Arcángel ha tenido más interés para el club blanquiverde desde el punto de vista económico-contable que desde la propia regulación del uso de una instalación municipal que acoge a miles de personas cada dos semanas. Desde hace casi tres lustros dicha cesión se encuentra en precario y a pesar de numerosos intentos por parte del club, éstos resultaron siempre infructuosos. El último, manifestado en estas mismas páginas por la consejera del Córdoba, Magdalena Entrenas, que aspiraba a tener un borrador «antes de fin de año». Era 2018 y el borrador llegó, pero nunca más se supo. Hubo planteamientos, ofertas, debates, pero la idea encalló. Desde el Gobierno local (Isabel Ambrosio llegó a exponerlo públicamente) se proponía una concesión administrativa de no más de cuatro años. Ese período de tiempo podía plantear algún problema a la entidad cordobesista y se buscaron otras alternativas, ninguna con éxito. Llegaron las urnas el pasado domingo y la situación continúa en el mismo punto: marasmo.

PREFERENCIA

PLANES, IDEAS, NADA / La propia construcción del estadio municipal es en sí un tema recurrente y por el que no pocos aficionados han mostrado su enfado, cuando no su sonrojo. Como máximo exponente de las críticas, la vista exterior de la preferencia de El Arcángel, la que da su fachada a la autovía y sobre la que también se han reclamado soluciones de forma recurrente desde hace años. Sin presupuesto, en época de crisis y con otros problemas de ciudad acuciantes, en los últimos años se propuso inicialmente una lona, cuyo coste de instalación rondaba los 100.000 euros. Justo tras su anuncio se supo también que dos empresas -una de ellas del que posteriormente sería el máximo accionista de la entidad, el actual- propusieron la instalación de un hotel para aprovechar toda la construcción de la grada sin actividad. La realización del hotel conlllevaría también el arreglo de la fachada de preferencia, pero finalmente, después de varios planes e ideas, todo quedó en nada. Al menos, en nada que pudiera concretarse en un avance hacia el siglo XXI.

CIUDAD DEPORTIVA

CONDENADO / Si todo lo que rodea a El Arcángel es un claro ejemplo del abandono endémico sufrido por el club y el de la inacción de éste cuando quizá tuvo oportunidad de crecer patrimonialmente, lo que supone la ciudad deportiva para el Córdoba puede encajarse directamente en la casa de los líos. Sin olvidar cómo se realizó la que actualmente utiliza, el Córdoba no puede dejar de mirar de reojo a la propiedad del Grupo Tremon y sus reclamaciones. El Ayuntamiento llegó a ceder la parcela del Parque del Canal, pero tanto el Consejo Consultivo de Andalucía, primero, como el Tribunal Supremo, después, dejó claro que aquella cesión no se ajustaba a la legalidad. Un revés, por cierto, tras el que hubo unas declaraciones del entonces presidente del Córdoba en las que avisaba de que «hay que entender que si el Ayuntamiento nos da unos terrenos, gastamos ahí un dinero y luego el propio Ayuntamiento nos retira esos terrenos, nosotros somos una parte damnificada. Una vez que se resuelva el asunto de los gastos directos valoraremos la petición de daños y perjuicios». El club valoró entonces el coste, con daños y perjuicios, en dos millones de euros. Tras lo ocurrido, y con la cola judicial que se prevé, el conjunto blanquiverde continúa en Camino de Carbonell.

RELACIONES

VAIVENES / Con el anterior máximo accionista se vivió de todo: el Córdoba tuvo inicialmente una relación más que complicada con el Gobierno local de entonces, llegando a tildar al alcalde de «barcelonista». Las relaciones mejoraron bastante al final, llegando a óptimas y, con el cambio en Capitulares del 2015 se llegó, directamente, al frentismo: «No nos vamos a Rabanales porque no me da la gana», declaró. El actual máximo accionista se puso como objetivo acercar posturas con todos, incluido el Ayuntamiento, que ahora ha cambiado por completo. El Córdoba sigue siendo el mismo, en algunos aspectos, tristemente.