Por aquí se empieza. El Córdoba CF pone las caras en los puestos correspondientes y diseña el plan para vivir en un lugar mejor. Así, en general. No puede hacer otra cosa. El club viene trabajando en medio de una incertidumbre brutal, por más que desde dentro se lancen mensajes de tranquilidad -incluso exagerados- que pretenden dar apariencia de normalidad a lo que no es sino una gigantesca incógnita.

Con los juzgados saliendo del letargo del parón de la actividad por la crisis del coronavirus, la batalla judicial se ha quedado enmarañada. El club está a la espera de que se determine la identidad del juez que sustituya al recusado Fuentes Bujalance y, después, que este dé firmeza al auto de venta de la unidad productiva del Córdoba CF a Infinity, grupo de capital bareiní que está asumiendo -con compromiso y un fuerte desembolso, más de seis millones de euros ya- el mantenimiento de una entidad que está bajo administración concursal y en la que una nueva sociedad, Unión Futbolística Cordobesa, gestiona de modo transitorio esta temporada con el beneplácito de la Federación Española de Fútbol.

Habrá que ver qué sucede el 30 de junio o cuando termine la campaña 19-20 en Segunda B, que está a expensas de decidir los ascensos en un play off exprés en el que el Córdoba CF es espectador doliente. El club blanquiverde, tal y como están las cosas, no depende totalmente de sí mismo para escribir su futuro. Esa es la cuestión que lo condiciona todo. Pero, mientras tanto, trabaja. Como si no pasara nada. Por si todo le sale bien.

Y, para arrancar, nuevo organigrama técnico. Que es, básicamente, el que aterrizó de la mano de Infinity a principios de año y que ahora pilotará en solitario después de las salidas en los últimos días de Alfonso Serrano y Jorge Rodríguez de Cózar, que ejercían como director deportivo y secretario técnico, respectivamente. Con el vallisoletano, el asunto terminará -para no perder la costumbre- en los tribunales porque la ruptura no fue del todo limpia: quedaron aristas económicas por limar. El marbellí se fue porque a quien lo trajo le echaron, una fórmula lógica que no siempre se ejecuta en el mundo del fútbol.

El Córdoba tiene previsto presentar hoy al grupo a través de una conferencia de prensa telemática del consejero Adrián Fernández, quien en su día expresó su sensación agria después de ver cómo se comportaba el equipo en el campo. "Los resultados no están a la altura de la plantilla, parece que da igual ganar o perder", dijo. Fernández ha estado vinculado al fútbol en el consejo de administración del Real Betis y es allí donde ha encontrado inspiración y piezas para remodelar al Córdoba.

Miguel Valenzuela, una referencia en el fútbol de cantera andaluz después de más de un cuarto de siglo en el club de Heliópolis -descubridor de jugadores como Joaquín, Capi, Varela, Arzu, Toni Doblas...-, será el eje de una estructura en la que el exinternacional Juan Rodríguez 'Juanito' funcionará como director deportivo, respaldado por un grupo estrechamente conectado con la cantera y el 'scouting' en la que se perfilan David Ortega y hombres de la casa blanquiverde como Rafa Sánchez o Rafa Herrerías. Y al frente de la primera plantilla, si nada se tuerce, estará otro ex del Betis: Juan Sabas, el revulsivo que no tuvo la oportunidad de serlo.

En medio de un mar de incertidumbres, el Córdoba busca alguna certeza a la que aferrarse. A mediados de mayo ya tiene a los constructores de su próximo proyecto deportivo, que se diseñará para salir lo antes posible de la Segunda División B. ¿Por qué camino? Eso es otra historia.