El domingo empezaba lleno de esperanzas para el tenis femenino español en el Abierto de Estados Unidos, con Garbiñe Muguruza y Carla Suárez Navarro en cuarta ronda, posibilidades de que se se encontraran en cuartos de final y garantizaran al menos una semifinalista española en Nueva York. Se cerraba de forma muy distinta. Muguruza, la campeona de Wimbledon, sucumbía 7-6 (7-3) y 6-3 ante la checa Petra Kvitova después de una hora y 46 minutos de lucha. Poco antes, Suárez Navarro había caído ante Venus Williams (6-3, 3-6 y 6-1), un amargo broche para su 29 cumpleaños.

A Muguruza aún le quedan posibilidades de despertar, el lunes que viene, en el número uno de la clasificación mundial. Pero ese ascenso ya no depende solo de ella, sino de los resultados en Flushing Meadows de la actual líder, Karolina Pliskova, y de Elina Svitolina, que siguen en competición. "Por supuesto me encantaría ser número 1, pero me encantaría más ganármelo, me gustaría jugar ese partido que me lo diera", reconocía la hispanovenezolana.

UN POQUITO DE DECEPCIÓN

No hay, no obstante, señales de frustración. Muguruza habla de "un poquito de decepción por no seguir avanzando" en el último grande del año, pero también se marcha satisfecha. "No me voy triste de Nueva York esta vez. Estoy muy feliz con el torneo, con el verano en general y con todo el año".

Tampoco era dura en la autocrítica tras el partido con Kvitova. Aunque desaprovechó tres bolas de break que le habrían permitido adelantarse 5-1 en el primer set, le costaba identificar errores estratégicos o de juego y destacaba más el buen hacer de su rival. Y aunque aseguraba que iba a "aprender de esta derrota", valoraba más el "nivel increíble" de Kvitova.

Ese nivel tiene un mérito especial. En diciembre la zurda checa, campeona en Wimbledon en 2011 y 2014, fue asaltada en su casa y recibió múltiples cuchilladas en la mano izquierda cuando trató de defenderse. Empezó un proceso de varias operaciones que le mantuvo alejada de las pistas hasta mayo. En Roland Garros y Wimbledon solo alcanzó la segunda ronda. Pero ahora con su entrada en cuartos iguala su mejor resultado en el Abierto estadounidense, y muestra que ha recuperado su garra.

LA LESIÓN

"Ahora aprecio mucho más la vida, cada momento es especial", decía Kvitova. Aún no puede cerrar el puño izquierdo (cuando celebra un golpe lo hace cerrando el derecho), pero cuando empuña la raqueta es imposible pensar en que aún quedan restos de lesión.