Ni en San Fernando y casi ni en Torremolinos. Para ver caras conocidas, algunas -solo algunas- de las que suelen ser habituales, también en El Arcángel en cada temporada, sino cada verano, sea en Villa del Río, Écija o cualquier otra localidad andaluza, ha tocado en Pozoblanco. Caras de cordobesistas con ganas de ver al equipo blanquiverde este verano, al que contemplaban por primera vez después de que se decretara el confinamiento, allá por marzo. «Mi primer partido en directo, de verdad, del Córdoba CF en casi siete meses», comentaba uno.

Así hemos vivido el amistoso en Pozoblanco

Javier González Calvo acompañó a la expedición blanquiverde. El extremeño solo se ha separado del equipo para el viaje a Baréin, cuyo vídeo de la cita de la cúpula del Córdoba CF con la familia real del país del emirato generó tanto ruido en redes sociales. Saludaba González Calvo a unos y a otros, tanto aficionados como prensa, y departió unos minutos sobre el césped del Municipal con Piovaccari. Minutos después, se unió a la cita organizada en torno a Javi Moreno. Rafa Herrerías le dio un sentido abrazo al hoy entrenador del Pozoblanco en presencia de Raúl Cámara, Rafa Sánchez y Juanito, mientras el consejero delegado se apartaba para consultar algunos aspectos de los protocolos con el doctor Bretones.

Mientras, en la grada no cambiaba nada. Si alguien pensaba que con 200 aficionados presentes no iba a haber algún problema con la ubicación se equivocaba. Un veterano aficionado del Pozoblanco debatía con los miembros del club. «Pero mi sitio es este», explicaba. «No, no, es que ahora es aquí, más abajo», le respondían. «Pero si yo siempre me he sentado aquí», insistía. «Pero hoy tiene que ser aquí, Diego». Al final, consintió en bajar dos líneas de asientos, pero avisaba: «Ea, pues de aquí ya no me muevo».

Un partido que puso a prueba también la vejiga de los 300 asistentes, como mucho, entre trabajadores, representantes de ambos clubs, aficionados y prensa. «No hay servicios, están cerrados», fue el «recibimiento» de un Municipal de Pozoblanco obligado a cumplir los protocolos dictaminados por las autoridades sanitarias, por lo que alguno debió tirar de imaginación. Algunos detalles pueden llegar a resultar ciertamente escabrosos.

«Si le doy de verdad no se levanta», comentó un defensa tras la queja en el césped de un rival

Pero las ganas de fútbol son evidentes en Córdoba. Unos jóvenes aficionados vallesanos esperaban en taquillas y mandaron a una chica. «Que si esperamos y no cubren los 200 que podemos entrar con datos», comentaba. «Ah, pues vale, pues esperamos entonces», comentaba un amigo. Al final lograron entrar.

Y el fútbol desde la grada sigue en su normalidad de siempre. Un mínimo apoyo de Álex Sánchez sobre Zara era reclamado desde la grada como falta. Una entrada de León a Carlos Valverde provocó un amago de tangana que, por fortuna, quedó solo en amago. Eso sí, desde la grada se chillaba tanto al jugador cordobesista como al árbitro por lo que se entendía que no era para tanto. En cualquier caso, si el partido decaía durante alguna fase, siempre estaba ahí Javi Moreno para animarlo. También el fútbol de siempre, el del defensa que tras ser atendido un rival comenta que «si le doy de verdad no se levanta». El fútbol de siempre.

«Zara, venga, hostia». «Tú, y tú, por vuestra culpa ha pasado eso». «Eso», era una entrada de Álex Sánchez a Zara cuando este protegía el balón buscando a un compañero al que pasar. El que fuera goleador cordobesista aprieta a los suyos desde la banda y lo hace de lo lindo. «Métete algo más para dentro, si no se la va a dar -al contrario- ahí», corregía a un jugador. El valenciano, un torbellino, no dudaba en «culpar» a sus jugadores si algún compañero tenía problemas, pero les animaba tras un gol: «Venga, vamos, bien, bien», animando con palmas.

Lo que sí que pertenece a esta nueva normalidad es el mensaje por megafonía en el descanso avisando a los espectadores que deben regresar a su localidad, como si se estuviera en un teatro. Ojalá pase pronto, porque a pesar de los 200, de los baños cerrados, del bar sin poder vender ni una botella de agua, al menos, en Pozoblanco y durante un par de horas hubo fútbol. Del de siempre. Hasta con su trofeo para el Córdoba. El verano que viene, en vez de 200 ojalá haya 1.000. Con el Pozoblanco al menos en Tercera y el Córdoba CF en Segunda División. Debería ser lo normal.