El número 1 del tenis mundial sabe sufrir. Eso es indiscutible. Lo demostró de nuevo este viernes al levantar un partido que pintaba muy mal para meterse en los octavos de final del Abierto de EEUU, cuarto y último Grand Slam del año, cuyo título defiende y que ya ha ganado también en otras dos ocasiones. Sufriendo lo indecible, eso sí, Rafael Nadal sacó adelante un partidazo jugado sin piedad ante su compañero de equipo en el Reial Club Tennis Barcelona, el ruso Karen Khachanov por 5-7, 7-5, 7-6 (9-7) y 7-6 (7-3), en cuatro horas y 23 minutos de juego, y podrá seguir aspirando a su 18º grande... si la rodilla derecha se lo permite.

Y es que el jugador mallorquín alarmó a todo el mundo cuando apareció en el segundo set con un visible vendaje protector bajo la rodilla derecha. Una articulación que ya le ha dado problemas en otras ocasiones y de la que este viernes se quejó desde el calentamiento. A ello se añadió el excelente desempeño de Khachanov, que nunca le había ganado un set en sus cuatro derrotas anteriores y que dio todo un recital de golpes ganadores, ‘aces’ (23) y auténticos cañonazos mientras Nadal se empeñaba en encontrar el antídoto a su juego de bombardero.

El de Manacor se encontrará en octavos de final con el georgiano Nikoloz Basilashvili, de 26 años y 37º del mundo.