Cuando el domingo Rafael Nadal ganó en Nueva York ante Kevin Anderson su tercer Abierto de Estados Unidos, reconquistando un título en pista dura que le esquivaba desde 2014, elevó su palmarés hasta los 16 grandes. Fue la culminación de una temporada "emocional", que deja solo como malas memorias, superadas y con lecciones aprendidas, las lesiones físicas que lastraron 2014 y 2016 y también la "lesión mental" a la que atribuye su bajón en el 2015.

En este 2017, Roger Federer, el otro rey con el que ha compartido la era más mágica del tenis, ha conquistado dos grandes (Australia y Wimbledon). El de Manacor, los otros dos, incluyendo su histórico décimo Roland Garros. Tienen 36 y 31 años, respectivamente y, al menos en lo que respecta a Nadal, la intención es la de "seguir jugando muchos años".

"Sigo teniendo la pasión y el amor por el deporte. Sigo queriendo competir y sigo sintiendo los nervios cada vez que salgo a la pista. Mientras eso siga pasando estaré aquí", anunciaba en su rueda de prensa el domingo. Unas horas después, este lunes, se sentaba con EL PERIÓDICO en el ático de su hotel en Nueva York, donde atendió individualmente a 10 representantes de la prensa española.

Nadal, con el trofeo de campeón del Abierto de EEUU / JULIO CORTEZ (AP)

-¿Cómo fue la celebración anoche?

No hubo ninguna celebración. Llegué a cenar tarde, sobre las 23.30 más o menos, y me fui a dormir, la verdad. Cuando terminas un torneo así te da un bajón importante y estaba con ganas de descansar un poquito y no estar mal lunes. Si sales a celebrar estás todo el día hecho polvo, y toca viajar.

-Al levantarse, ya un día después, descansado ¿cómo valora lo que ha conseguido?

Con normalidad, soy sincero. Feliz, muy feliz evidentemente, por todo lo que ha ocurrido. Creo que es un torneo que tiene gran valor para mí. He ido de menos a más, he competido bien en todo momento y estoy muy satisfecho con todo esto. Es una manera fantástica de terminar el año de Grand Slams. Es también un colofón a un año muy positivo en general. Queda una parte importante de la temporada también y espero estar preparado para seguir compitiéndo.

-La Copa de Maestros es, dentro de un currículum impresionante, lo único que falta.

Sí. Me gustaría llegar bien preparado este año y voy a hacer todo lo posible para llegar así y darme otra oportunidad. Es un torneo que a mi modo de entender es injusto porque te clasificas en todas las superficies y al final que siempre se decida en la misma superficie me parece injusto. Pero bueno, es lo que es. A mí las 10 o 12 veces que me ha tocado jugarlo siempre me ha tocado jugar en una pista que es la que me ha ido peor históricamente. Jugando con los mejores en mi peor superficie las opciones son menores, pero bueno. He estado ahí algunas veces y voy a intentar otra vez darme oportunidades.

-Este año por cómo llega, por lo que has conseguido, por las circunstancias de los rivales, ¿lo ve más cerca?

No lo sé. Faltan torneos por delante, semanas para intentar estar bien preparados y ahora mismo tampoco es algo que me plantee mucho. Es un momento de estar felices con lo que se ha conseguido. La ambición es importante pero siempre que no sea una ambición desmesurada.

El número uno del mundo muerde el trofeo después de vencer a Anderson en Nueva York. / JULIO CORTEZ (AP)

-España ha despertado este lunes con dos números uno. Es su mérito, al que nos tiene acostumbrados, y es el mérito de Garbiñe Muguruza, pero¿qué cree que representa para el tenis español?

Creo que hemos pasado una época de unos 25 años fantástica del tenis español en la que ha habido muchísimos jugadores y jugadoras a muy alto nivel. Parece que después de esta última generación habíamos tenido un bajón, durante unos años no hemos continuado con la tónica de sacar jugadores. Esperemos que sea otra vez una energía positiva para los jóvenes que vengan y que puedan realmente aprovechar el momento y aprovechar también las grandes infraestructuras que tenemos en España. Tenemos muchas academias, mucha tradición de tenis y es importante ahora mismo aprovechar para continuar con la línea que se ha mantenido desde Emilio Sánchez Vicario, Sergi Bruguera, Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero...

-Hablando con Boris Becker el otro día de su número 1 él le alababa no solo en lo deportivo, sino por haber trascendido el deporte. ¿Cómo lleva ser algo más que un deportista para mucha gente, el peso de ser un modelo?

Yo no siento ningún peso. Yo hago mi vida natural y la vivo con normalidad sin plantearme muchas más cosas. No me levanto cada día pensando si soy o no soy tal cosa. Soy una persona normal que juega a tenis. Mi vida es completamente normal cuando estoy en casa. Cuando estoy por el mundo y estoy por los torneos sí es todo un poquito más mediático pero tengo la suerte de estar también en casa y la posibilidad de vivir una vida completamente normal. Creo que mi éxito quizá va con la naturalidad con la que vivo todo.

-Hábleme de Carlos Moyà. ¿Qué ha representado la llegada a su equipo, cómo van a seguir trabajando?

Para mí ha sido una inyección de energía positiva en el equipo. Ha entrado una persona que ha creído mucho en mí desde el comienzo, me ha transmitido esa confianza y esas ganas de trabajar, esa creencia de que desde el trabajo se podían conseguir otra vez cosas importantes, y seguiremos trabajando de manera positiva. Ante todo es un buen amigo mío, tenemos una muy buena relación y creo que mantendremos la motivación por los siguientes años.

-Federer invitó también hace unos años a Tiger Woods y dijo que él le entendía. Estos días el golfista ha sido su invitado. ¿Cree que solo los grandes deportistas pueden entender la dificultad de lograr los triunfos, de convivir y superar las lesiones?

No creo. Tiger no está ahí porque me entienda o porque no me entienda. La palabra ídolo no sé pero sí que es uno de los deportistas que más he admirado en el mundo y para mí significa mucho tenerlo ahí. Ojalá que se recupere y podamos verlo compitiendo otra vez.

-¿Se siente usted entendido como campeón? Hace que parezca fácil algo tan difícil como todo lo que ha conseguido.

Al final el tiempo pone todas las cosas en su sitio. Claro que me importa lo que opine la gente y claro que agradezco el cariño de la gente, pero al final a la hora de que la gente valore la dificultad o no no es algo que me preocupe excesivamente. Intento estar siempre cerca de los míos. Evidentemente el cariño y el apoyo que he recibido en todo el mundo, pero especialmente en España, es increíble y solo puedo agradecer a todo el mundo lo que me hace sentir cada vez que estoy en un aeropuerto, viajando, en una pista de tenis, en cualquier lugar.