Por momentos se asustó mucho. Rafael Nadal miraba al palco y les decía que no sentía sus dedos. "Es un momento de tensión y piensas lo peor" explicaba tres horas después de su victoria en una multitudinaria rueda de prensa, con la Copa de los Mosqueteros a su lado. Pero en la pista el temor era máximo.

El doctor Ángel Ruiz Cotorro, su médico, le intentaba tranquilizar. "El vendaje te está comprimiendo. Pide que te lo quiten. No es nada. Solo son calambres", le insistía desde la grada. A su lado, Sebastián, su padre, no ocultaba la preocupación. "No es posible que pase esto ahora... que le pase en Wimbledon, en Australia, pero aquí y ahora no", explicó que pensó tras ver saltar la alarma.

Nadal estaba asustado pero en ningún momento pensó en la retirada. "Habría jugado con el brazo derecho. Tenía dos sets de margen ", comentó. El día era demasiado importante y estaba aun paso de conseguir otro triunfo legendario.

"Ganar 11 veces aquí es mucho, mucho, algo único, no me gusta decirlo pero es así", admitía feliz el número 1 mundial, que seguirá siéndolo una semana más este lunes. Roger Federer, que reaparece en la hierba de Stuttgart, le superará si pasa un par de puntos ya que solo les separan 100 puntos (8.770 contra 8.670). Poco le importaba en ese momento la clasificación.

¿Cúal es el límite?

"Lo importante es haber ganado Roland Garros, no el número 1. Este es el torneo más importante de la temporada para mí. Te aseguras tranquilidad para el resto del año, jugar el Masters y saber que ya poco cambiará, si acaso irá a mejor", explicaba, y también negaba que tuviera en la cabeza alcanzar a los 20 Grand Slams que tiene el suizo. "No pienso en eso. Se que puedo ganar alguno más y si tengo físico para conseguirlo seguiré luchando para ganar títulos así. Diecisiete ya me parece un número impresionante".

¿Y cuál es el límite?, le preguntaron. "El límite no se conoce nunca. Siempre hay algo que mejorar. Lo único en lo que pienso es entrenar con la ilusión de hacerlo mejor. La ilusión que tienes por ganar un torneo, un Roland Garros como este. No pienso si es el primero, el cuarto o el octavo. Cada uno es especial", aseguraba.

"Solo su tío"

Toni Nadal estaba eufórico y feliz porque ganar a Thiem era muy importante. "Ha demostrado que es el mejor del mundo en tierra" y aseguraba que "a partir de hoy, Rafael es el favorito para ganar el decimosegundo, después ya veremos", decía orgulloso tras colaborar en el último, aunque resaltando que no es el entrenador de Nadal, "solo su tío".

Carlos Moyà tampoco le veía límite a su amigo. "Cada vez es más difícil. Los años pesan y hay que superar muchas dificultades. Nunca sabes que puede pasar, como hoy cuando tenía los calambres. Hemos pasado momentos de tensión porque le veíamos sufrir", dijo. El excampeón de Roland Garros en 1998, que acabó su carrera solo con ese Grand Slam y destacaba los 17 de Nadal. "Es algo impresionante", pero tampoco creía que vaya a ser el último. "Ahora hemos ganado Roland Garros, pero después de unos días, Rafa irá a ganar donde juegue porque su esencia es ser competitivo".