La tenista española Garbiñe Muguruza cedió en su estreno ayer en el torneo de Roma, de categoría Premier 5 para la WTA, ante la australiana Daria Gavrilova (5-7, 6-2, 7-6(6)), un duro encuentro de más de tres horas, donde desperdició dos bolas de partido y que se alargó pasadas las dos de la madrugada.

Tras superar su tope en Madrid pero quedarse en solo dos victorias en la capital la pasada semana, la número tres del mundo volvió a la acción en el Foro Itálico, donde alcanzó semifinales los dos últimos años. La buena relación de Mugu con la capital italiana se rompió a las primeras de cambio esta temporada, por culpa de una Gavrilova que se medirá en octavos con la rusa Maria Sharapova.

La de Caracas se vio en un duro intercambio de golpes, incapaz de tener un final tranquilo a pesar de ponerse 4-0 en el tercer set. La número 24 del mundo remontó el primer set en contra y logró aferrarse al partido con cinco juegos seguidos, y salvar dos bolas de encuentro, una de ellas en la muerte súbita que confirmó la pesadilla de una Muguruza que puede pensar ya en Roland Garros.

Los problemas para la número tres del mundo comenzaron ya en el set inaugural, pero Muguruza logró remontar un primer break en contra para ponerse por delante. Gavrilova siguió haciendo daño al servicio de la española y comenzó el segundo set rompiendo a su rival. La australiana se aferró a la tierra romana y salvó un eterno séptimo juego en el que Muguruza tuvo múltiples opciones de recuperar la desventaja y tratar de evitar la tercera manga.

Después de no aprovechar alguna de las siete bolas de break que tuvo en ese intercambio, la campeona de dos grandes cedió el set al resto. Muguruza pareció imponer su juego por momentos y encadenó cuatro juegos seguidos para encarrilar el tercer parcial, pero la australiana, que venía ya crecida de un buen estreno y su primera victoria WTA en un mes, le devolvió el golpe con cinco juegos seguidos.

Ambas se intercambiaron de nuevo breaks, cediendo Muguruza incluso con bola de partido hasta verse en una agónica muerte súbita en la que de nuevo no aprovechó su opción de sentenciar a Gavrilova. Sobrevivió finalmente la australiana, quien sí aprovechó su ocasión para avanzar en la madrugada romana.

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