El segundo verano consecutivo de terremoto en el Córdoba apenas ha cruzado su ecuador, un ojo del huracán en el que se muestra una aparente tranquilidad, pero que solo es el paso previo al nuevo embate que se avecina, a primeros de septiembre. Pero tres semanas pueden dar para no poco.

Por lo pronto, el requerimiento al consejo anunciado el lunes por Azaveco no llegó a las oficinas del club ni ningún miembro del órgano de gobierno se dio por enterado. La anterior propiedad cumplió los plazos anunciados semanas antes ante el impago de los 4,5 millones el pasado 31 de julio en el que es el último plazo de la compraventa firmada en enero del 2018 y después de una nueva negociación, precisamente, el pasado verano.

En su comunicado, Azaveco pedía que «se proceda a la transmisión formal del control de manera pacífica y con el menor perjuicio posible para el club, sus trabajadores, sus aficionados y la ciudad». Sin embargo, Aglomerados Córdoba avisó en otro comunicado del pasado jueves que se encontraba inmersa en una «operación financiera» para abonar dicho pago, que afrontaría «en dos o tres semanas». Posiblemente, los plazos podrían ser más cortos y dicha operación financiera estaría al borde de su resolución satisfactoria de manera inminente. Sería una de las claves para la resolución del conflicto, a pesar de ese retraso de varias semanas en el pago. Otra de las claves se centra en la querella que ha terminado de conformar Enrique Rodríguez Zarza por varios delitos societarios de la anterior etapa. El abogado granadino ya desgranó en estas páginas no pocos detalles de los pasos legales que pueden tomar las dos partes en conflicto y, a su juicio, cómo podrían resolverse uno y otro. De hecho, reconocía que la causa es tan complejo que se podrían dar casi media docena de procedimientos diferentes: desde el penal (por la querella mencionada) hasta el civil, pasando por el mercantil o el notarial. Y en cada uno de ellos se estará a expensas de la decisión judicial correspondiente.

Por si fuera poco, existen aún más aristas en el conflicto en torno a la entidad blanquiverde, ya que la asociación entre Luis Oliver, Carlos González y los accionistas minoritarios, de la que informó este periódico a finales de junio se hace cada vez más patente. De hecho, los dos primeros se han reunido (de nuevo) hace muy pocos días.

Lo que sí parecen transmitir todas las partes, al menos por sus movimientos, es aquello que Rodríguez Zarza manifestó a este periódico el pasado lunes: «Dice la maldición gitana que pleitos tengas y los ganes, pero yo creo que siempre es mejor un entendimiento que un pleito». Porque el letrado también avisó de que en caso de estar en los zapatos de Jesús León, él consignaría los 4,5 millones de euros ante la justicia para que fuera esta quien dilucidara a quién pertenecían. Su teoría, manifestada claramente, es que ese dinero es del Córdoba CF.

Mientras tanto, los pasos previos se irán dando. El Córdoba recibirá el requerimiento de Azaveco, que será contestado y esta utilizará en el inicio del proceso notarial o mercantil que plantee a partir de inicios de septiembre. Por su parte, Aglomerados tendrá la financiación y, querella en mano, podría incluso consignar el pago ante la justicia, por lo que tocaría esperar. Y todo indica que no serían, precisamente, unos meses.

La única salida posible al embrollo que se avecina sería un acuerdo de todas las partes, algo que ahora mismo no parece cercano, pero tampoco imposible. Las semanas de agosto serán clave para dilucidar el futuro a corto y medio plazo de la entidad blanquiverde. Y mientras tanto, el club debe funcionar, porque el fútbol no para. La Liga ya está aquí de nuevo.