Entre Montilla y Benasque, en el corazón de los Pirineos, en la provincia de Huesca, hay 923 kilómetros que vienen a ser un trayecto de poco más de 9 horas en coche sin hacer paradas. Un grupo de montillanos ultiman los preparativos para hacer esta distancia que desemboca en un maratón por montaña. Ese rincón de Huesca es la puerta natural al reino del Aneto, al valle donde se concentra el mayor número de tresmiles del Pirineo, escenario de una carrera sobre la mítica distancia de 42.195 metros, que transcurre por cinco valles y donde un grupo de cordobeses, ‘capitaneados’ por Manuel Rambla, buscarán ser ‘finisher’ de una carrera especial, el Gran Maratón Montañas de Benasque que se disputa el próximo 10 de junio.

¿Y qué motiva a un grupo de cordobeses a cruzarse España para hacer una carrera de 42 kilómetros por una montaña tan especial? “La aventura”, responde Manuel Rambla. Con otros siete corredores del club Piedra Luenga son protagonistas de la pasión por este deporte -“casi una religión”, acota- que les llevará adentrarse por valles, montañas y bosques espectaculares. “No conocemos Benasque. Tan solo lo que nos han contado y nos lo imaginamos de forma muy diferente a lo que tenemos por aquí. Está claro que vamos a la sorpresa y a la aventura”, señala Manuel. El lema del club es tajante: “Sumar y seguir”.

El bagaje en carreras por montaña de Miguel Rambla es amplio. Sus zapas ya saben lo que es correr por trazados exigentes. En su haber tiene la ultra Bandoleros, la de Sierra Nevada, 101 de Ronda y la de Jarapalos. Su pasión es el runner. Saca tiempo de donde puede para entrenar. Busca horas tras su trabajo en una empresa de climatización para forjarse como corredor de montaña. Y como él, el resto de los montillanos que van a participar. Hay panaderos, informáticos, profesores… aficionados cosidos por su pasión por disfrutar corriendo entre bosques y montañas con importantes desniveles. Solo así se explica meterse el jueves en una furgoneta para conectar Montilla con Benasque, descansar lo que puedan el viernes, zamparse un maratón de montaña el sábado, descansar lo que puedan después y el lunes estar otra vez en la localidad cordobesa.

Los ocho montillanos debutarán en Benasque. Y dos de las chicas -Rosa Zafra y Aurora Urbano-, además, son novatas. La primera participará en el maratón y la segunda en la carrera de 28 kilómetros y 1.550 metros de desnivel con el que comparte el trazado más exigente, el ascenso y descenso al pico Estibafreda un privilegiado balcón ubicado a poco más de 2.600 metros de altitud y desde el que se divisa una buena parte de la más amplia colección de tresmiles del Pirineo con el Aneto y el pico Maladeta como principales atractivos.

El Estibafreda aguarda a los más de 400 corredores que participan en esta carrera con un ascenso de 1.000 metros y un desnivel generoso sobre terreno blando, un tramo durísimo que tiene como premio las vistas y como ‘castigo’, el descenso continuo hasta la meta en la villa de Benasque, un pueblo cargado de historia y casas de piedra referencia de la montaña en España.