Dos estilos de fútbol se citan este miércoles en el primer asalto de la semifinal entre el Mónaco y la Juventus en el estadio Louis II del Principado con el reto de alcanzar la final de la Champions de Cardiff. La contraposición de ambos conjuntos hace difícil aventurar un favorito claro por más que la solidez defensiva de la Juventus y el hecho de que dispute la vuelta en su estadio le den, posiblemente, una ligera ventaja. Pero nada hay escrito todavía del pulso entre monegascos y turineses, o lo que es lo mismo, entre el tercer equipo más goleador de Europa (95 goles en 34 partidos), con Mbappé como deslumbrante estrella emergente, contra la defensa hecha perfección: solo dos goles ha encajado la Juve en todo el torneo y, como todo el mundo sabe, dejó seco al Barça tanto en Turín como en el Camp Nou.

El animado bloque del portugués Leonardo Jardim, cuya buena campaña ha propiciado también que su nombre entrara en algún momento en la terna de posibles sustitutos de Luis Enrique, se aferra a su fútbol alegre y desinhibido para lograr una buena ventaja para la vuelta, aunque todo lo que no sea encajar un gol supondrá haber dado un buen paso hacia Cardiff.

UN DUELO PECULIAR

«La trayectoria del Mónaco ha sido un poco sorprendente ya que arrancamos en la tercera ronda de clasificación contra el Fenerbahçe, pero jugamos como un bloque y eso es lo que nos hace peligrosos», dice Mbappé, que a sus 19 años admite estar viviendo por primera vez «el sueño de la Champions», en la que suma ya cinco goles.

El delantero pondrá a prueba a una leyenda del fútbol como Buffon, el legendario portero juventino que, a sus 39 años, aspira a conquistar por fin la Copa de Europa. «Cuando Mbappé nació, yo ya había jugado un Mundial (el de Francia)», explicaba gráficamente Buffon, confiado en superar el nuevo reto que le platea el tercer equipo más goleador del continente, con Mbappé y el colombiano Radamel Falcao (45 goles en 50 partidos) al frente.

NUEVA REVANCHA

La ilusión monegasca, más moderada sin embargo por las serias dudas con Sidibé (sale de una apendicitis) y Bakayoko (con la nariz rota), contrasta con la tranquilidad de la Juve, que contará con su defensa titular pero no con la fundamental presencia de Khedira, sancionado, en la línea media. El duelo supone también otra oportunidad de volver a brillar para el argentino Dybala tras el doblete logrado ante el Barça en Turín.

Si el equipo de Allegri aspira a conquistar un título que se le resiste desde 1996, el Mónaco sueña con desquitarse por fin de su rival, que le dejó fuera en la semifinal de 1998 y en los cuartos de final de hace dos temporadas. Dos estilos de fútbol se citan para una plaza en la final.