Su sueño ya lo cumplió en los Juegos de Río 2016: un título olímpico. Ahora le quedan objetivos, grandes objetivos, para redondear una carrera deportiva que, a sus 26 años, va siendo cada vez más y más importante. Mireia Belmonte inicia este domingo en Budapest un nuevo campeonato en el que, como siempre, participará en multitud de pruebas (seis en total) en busca de todas las finales, alguna medalla y, sobre todo, ese oro que le falta en unos Mundiales en piscina de 50 metros.

"Nunca te puedes acomodar con lo que tienes y siempre tienes que querer más. Para acabar de completar mi palmarés me gustaría retirarme con todo lo que se pueda hacer en la natación", explicaba la nadadora de Badalona esta semana antes de viajar a la capital húngara, donde defenderá, entre otras cosas, su medalla de oro olímpica en los 200 metros mariposa, la prueba que nadará en esta primera jornada, en que deberá doblar también la calificación en los 400 libre.

"El objetivo principal es estar en las seis finales, cosa que no es nada fácil, y una vez en ellas, si hay suerte y podemos hacer una buena carrera, conseguir un oro", afirma Belmonte, que tiene las ganas añadidas de quitarse la espina de los pasados Mundiales, los de Kazán (Rusia) del 2015, a los que en el último momento tuvo que renunciar por una doble lesión en los hombros. "Fue una decisión muy dura -asegura su entrenador, Fred Vergnoux-. Pero no queríamos agravar la situación y, por lo que se vio después en Río, fue la mejor decisión".

Un equipo de ocho

Belmonte nadará en Budapest los 200 y 400 estilos, los 200 mariposa, y los 400, 800 y 1.500 libre, y será la capitana indiscutible y la aspirante a más de una medalla. La otra candidata a subir al podio en la bracista barcelonesa Jessica Vall, que hace dos año empató por el bronce en la distancia más larga (200 metros) y que esta vez doblará con un 100 mejor preparado, al haber modificado los entrenamientos para incrementar la velocidad. "En mi caso no cuenta lo de año posolímpico porque para mí los Juegos fueron un punto y seguido. Me ayudaron a estar dónde estoy ahora y me dieron confianza", dice Vall, una de los ocho integrantes de un equipo español bastante menguado, con solo cuatro chicas y cuatro chicos. África Zamorano (100 y 200 espalda) y Jimena Pérez (800 y 1.500 libre) son las otras dos jóvenes nadadoras, mientras que los hombes son Miguel Durán (200 y 400 libre), Antonio Arroyo (800 y 1.500 libre), Hugo González (100 y 200 espalda, y 200 estilos) y Joan Lluís Pons (200 mariposa y 400 estilos).