En tres días, dos partidos, tres goles de Messi y dos apariciones públicas de Messi. En la primera, coincidiendo con la derrota ante Osasuna en el Camp Nou (1-2), el capitán hizo una feroz crítica, que afectó a todos los estamentos del club, comenzando por Quique Setién, el técnico, pasando por Josep Maria Bartomeu, el presidente al que no citó, a sus propios compañeros. Y a él mismo.

"Tenemos que hacer autocrítica, pero autocrítica global", clamó Messi desatando un terremoto en el club. En la segunda aparición pública, tras la estéril goleada al Alavés (0-5) en la que conquistó su séptimo Pichichi (marcó 25 goles), superando los seis que tenía Telmo Zarra, el capitán bajó la tensión que él había provocado, firmando la tregua del Nápoles, el objetivo que ahora une, aunque sea solo por unos días, al Barça.

"Ya dijimos lo que tuvimos que decir. Ya hicimos autocrítica a nivel interno. Ya no nada más que hablar sino demostrar el cambio", ha recalcado Messi minimizando así los problemas que él mismo denunció el pasado jueves. Del jueves al domingo pasaron muchas cosas en la ciudad deportiva del Barça. Entre la derrota ante Osasuna, que tenía un jugador menos cuando firmó el 1-2 definitivo, y el 0-5 de Mendizorroza, con un Leo alegre por la energía que le transmitían Ansu Fati y Riqui Puig, se vivieron muchos movimientos en el vestuario azulgrana.

Habló Messi el jueves y Bartomeu se reunió el viernes con Setién para ver si se sentía con energía para continuar en el cargo. El técnico le dijo que sí, aunque desconcertado por la situación, que ponía su futuro en peligro. Y aún sigue, pendiente de lo que ocurra el próximo 8 de agosto en el Camp Nou ante el Nápoles, por mucho que Setién tenga contrato hasta el 2021. Messi, entretanto, impulsó una reunión, cansado de la actitud que había tenido el equipo.

Técnico y capitán, una hora de charla

"No hicimos una gran temporada. Pero hemos tenido actitud y compromiso ante el Alavés. Es lo primero que debes tener siempre", ha reconocido el capitán, satisfecho del cambio que apreció en el Barça. No, no hablaba solo del juego. Eso, con ser importante y lo es, no era lo trascendente. "En las ganas no nos puede ganar ningún equipo. El juego llegará como consecuencia de eso", ha indicado Messi, contento no por el 0-5 sino por lo que detectó en el equipo. Apenas se llevaba un cuarto de hora de partido y el Barça ya había estrellado tres balones en la madera.

Primero Bartomeu se cita con Setién. Y después, Setién se cita, como ha informado Catalunya Ràdio, con Messi. La reunión, que esas mismas fuentes duró una hora, sirvió para apaciguar el ambiente, que había alcanzado momentos de máxima tensión, con algunos directivos buscando ya un relevo inmediato al técnico, poniendo en duda incluso que se sentara en el banquillo del Camp Nou ante el Nápoles, a pesar de que el presidente lo había garantizado solo cinco días antes.

En ese largo cónclave, entrenador y capitán hablaron de todo. No servirá para cambiar la opinión que tenga uno del otro, pero sí alcanzaron la 'tregua de Nápoles', visualizada casi de forma inmediata en Mendizorroza. Y no en el juego sino en "el compromiso", palabra que usó Messi en dos ocasiones, para explicar el cambio.

Sin que nadie le preguntara directamente por Setién, el capitán quiso lanzar un mensaje conciliador. "Como decía el técnico tuvimos partidos muy buenos, minutos muy buenos, pero debemos mantenerlo durante los 90", ha explicado el astro en alusión a la cita del cántabro de que "no todo es un desastre".

Luego, el propio Setién también compartió esa tesis conciliadora. "¿Tranquilo con lo que ha dicho Messi? Siempre he estado tranquilo. Hemos hecho una reflexión profunda de la situación. Hemos limpado muchas cosas", ha admitido el técnico, reconociendo que tras la goleada al Alavés "afrontamos el futuro con más confianza. Y no es solo los tres puntos". Pero, al menos, como sostenía Messi en Vitoria "se vio otra cosa". La duda es saber si se repetirá en la Champions, el objetivo que ahora mismo une, aunque sea de forma provisional, al vestuario.

"Limpiar la cabeza"

"Por supuesto que me siento respaldado por todos. Él ha dicho que tenemos que hacer una autocrítica global y yo lo entiendo así", ha indicado Setién para recalcar que Leo no solo hablaba de él. Y tiene razón. Messi apuntaba a todos los estamentos del club. "Yo siempre me he sentido apoyado, respaldado. Si no fuera así habría que tomar otra decisión", ha dicho el técnico. "Dimos un paso adelante de actitud y compromiso para lo que viene, que va a ser muy complicado", ha subrayado Messi.

El capitán pide mantener ese espíritu en la Champions. "Luego te pueden salir o no las cosas, pero a ganas no nos puede ganar ningún equipo. Tenemos que salir con las mismas o incluso más que ellos", ha exigido Messi, quien no se amparó en su brazalete de capitán para dar ese mensaje. "No hace falta llevar el brazalete para darse cuenta de lo que hicimos. Todos debemos ser conscientes de que debemos ser mucho más regulares", ha dicho el delantero argentino.

En esa dirección coincide con Setién. "Necesitamos un poquito de tranquilidad, este parón y como ya dije el otro día necesitamos limpiar la cabeza. Ya dijimos todo lo que hay que decir, ahora hay que estabilizarnos, trabajar y dar lo mejor. No hay nada más que hablar, demostrar que dimos el cambio".