El Barça ha cerrado el curso con un empate ante el Eibar en Ipurúa (2-2) y una nueva demostración de efectividad de Leo Messi, autor de dos goles. Ernesto Valverde, que puso un once que perfectamente podría ser el que se enfrente al Valencia en la final de Copa, tuvo que encomendarse de nuevo al delantero argentino para terminar la temporada liguera con un resultado positivo. Acaba el Barça a 11 puntos sobre el segundo, el Atlético, y a 19 sobre el Madrid.

Messi debió de sentir el aliento de Mbappé para la conquista de la Bota de Oro (hizo dos goles el francés en el último compromiso liguero) y el mejor jugador del mundo encontró una motivación en este anodino encuentro. Ahora está a cuatro goles del punta del Paris SG, que aún le queda un partido en la Ligue 1.

Cucurella, ese lateral reconvertido en interior que no parece complacer a la secretaría técnica azulgrana, anotó el primer gol del Eibar a los 20 minutos de juego, pero no tardó el equipo de Valverde en darle la vuelta al marcador por gentileza de Messi. En apenas 12 minutos.

Primero aprovechó una asistencia precisa de Arturo Vidal y, con amago incluido, superó al portero Dmitrovic. Después, a pase de Rakitic, levantó con suavidad por encima del cancerbero el balón con una clase infinita para anotar el segundo. Al filo del descanso, empató De Blasis.

Tras el descanso, Valverde dio oportunidad al extremo Carles Pérez, el octavo canterano que ha hecho debutar el técnico barcelonista. El Eibar dispuso de algunas ocasiones, al menos más claras que el Barça. Cucurella, por ejemplo, tuvo el 3-2 en un remate claro en el interior del área. Malcom, antes de ser sustituido, dispuso también de otra oportunidad franca. Sin éxito en todos los casos.