El descenso virtual del Córdoba a Segunda División B plantea un primer interrogante. ¿Qué va a pasar con la plantilla? Y lo cierto es que ahí no lo tendrá nada fácil la entidad blanquiverde, no tanto por los que se van, sino por los que se quedan al tener contrato en vigor con el Córdoba.

Para empezar, de los 24 futbolistas del actual primer plantel cordobesista, dos tercios no seguirán vistiendo la blanquiverde. Los seis cedidos y diez que cumplen contrato o, como en el caso de Álvaro Aguado, ya tienen comprometido su futuro en otro club. Por lo tanto, el Córdoba tiene compromiso con los otros ocho restantes.

Los cedidos, una legión esta campaña debido a los problemas con el límite salarial surgidos el pasado verano, también regresarán a sus clubs de origen. Carlos Abad, al Tenerife; Luis Muñoz, al Málaga; Quezada, al Castilla; Álex Menéndez, al Aris griego; Yann Bodiger, al Toulouse francés, y Neftalí Manzambi, al Sporting de Gijón.

Además de la marcha de Álvaro Aguado, con contrato con el Valladolid desde el 1 de julio próximo, también se marcharán Álex Vallejo, Miguel Flaño (que tenía opción de una temporada más), Chus Herrero (igual que el anterior), Blati Touré, De las Cuevas, Alfaro, Piovaccari y Javi Lara, que tenía una cláusula de renovación automática en caso de llegar a un número determinado de encuentros jugados y que eliminó unilateralmente durante el pasado mercado invernal de fichajes.

Por lo tanto, los ocho futbolistas que están en ese primer plantel cordobesista y que tienen contrato en vigor son Marcos Lavín, Miguel Loureiro, José Manuel Fernández, Álex Quintanilla, Quim Araújo, Jaime Romero, José Ángel Carrillo y Andrés Martín. A estos ocho jugadores habría que añadir los cuatro que regresan tras cesión: Josema Sánchez (Gimnástic de Tarragona), Sebas Moyano (Mestalla), Alberto Quiles (Recreativo de Huelva) y Víctor Mena (Salamanca UDS). El caso de David Moreno, cedido a la Balompédica Linense, no cuenta a priori, ya que el contrato del jugador quedaba anulado en caso de descenso del Córdoba a Segunda División B.

Una docena de jugadores que, en principio, tendrían un coste por encima de los 1,5 millones de euros, una cifra a todas luces prohibitiva, ya que una proyección para una plantilla de 22 futbolistas supondría un coste cercano a los tres millones de euros. Evidentemente, la negociación se impondrá en los casos claros de Jaime Romero, Quim Araújo o Álex Quintanilla, además de que la salida de Andrés Martín, vía traspaso, es segura. El delantero de Aguadulce es seguido por varios equipos de Primera División, tal y como informó este periódico, y su agencia de representación, en cierta medida, se vio obligada a acelerar los primeros pasos de negociación ante los movimientos detectados por algún empleado de alto nivel de la entidad blanquiverde.

En cualquier caso, la negociación es obligada, tanto para los que tienen contrato en vigor con el Córdoba el próximo 1 de julio, como para los que cumplen su compromiso, ya que dos hombres a los que se les ha insinuado (y algo más) su posible continuidad en la entidad para la próxima temporada son significativos: Chus Herrero y De las Cuevas, además de Flaño.

En caso de que ese interés concreto de alguien que aún permanece en la entidad se plasme, la defensa de la próxima temporada sería muy parecida a la de la actual que, recordemos, ha batido récord en goles encajados y en errores por partido. Fernández y Loureiro mantendrían contrato. Álex Quintanilla también, salvo que una negociación dictaminara lo contrario, mientras que a Chus Herrero y a Flaño se les daría continuidad. Sin olvidar, claro está, a Miguel de las Cuevas. En cualquier caso, y partiendo de la base de esos 12 jugadores en vigor, otro de los problemas para la próxima temporada es que se tiene limitado el número de fichas a 22, de las que seis han de ser para jugadores sub 23. Por lo tanto, solo se dispondrían de 16 fichas de futbolistas mayores de 23 años, lo que obliga a afinar muchísimo la elección de esos jugadores que serán los llamados a tirar del carro, a asumir la responsabilidad que no se ha visto en la actual campaña y a aguantar la presión que no se ha soportado tampoco en esta temporada.

LO ECONÓMICO / Por si fueran pocos los motivos para afinar en la elección de cada uno de los elementos del plantel, lo económico será otro factor más que influyente. El Córdoba ingresaría en caso de descenso, entre la liquidación del contrato televisivo, ayuda y devolución de fianza por la plaza en Segunda, aproximadamente 3,5 millones de euros. Algunos clubs de Segunda B han realizado un plan económico a dos temporadas, por lo que si el Córdoba tomara el mismo camino tendría asegurados unos 1,8 millones de euros por cada campaña, a los que habría que añadir, lógicamente, los ingresos por publicidad, márketing y merchandising, abonos, taquillas e incluso por televisión, ya que en el club de El Arcángel se estudia un proyecto para explotar comercialmente en Segunda B los encuentros del conjunto blanquiverde. Ese reparto a dos años es voluntario, plan ejecutado por esos clubs referidos para no apostar todo a un año y tener, de alguna manera, una red de seguridad en caso de que en la primera temporada no se lograra regresar a Segunda.

Mucho habrá que resolver en diversos aspectos, desde el económico hasta el legal, antes de llegar a ese puente. Pero por lo pronto, en la entidad blanquiverde deben empezar a trabajar en algo que parece haber caído en el olvido y que es su razón social: el fútbol, es decir, la plantilla.