Sorpresa e incluso estupor. Son las sensaciones en la planta noble de El Arcángel tras el anuncio del fichaje del técnico Juan Marrero para dirigir al filial del Extremadura en Tercera División. El pasado lunes 8 de julio, en la web del conjunto azulgrana, se aseguraba que «el Extremadura UD ya tiene nuevo entrenador para su equipo filial. Se trata de una persona conocida y carismática para el club como es la figura de Juan Marrero Roig (Valencia, 1968), quien vuelve a la entidad tras pasar en las últimas temporadas por CD Badajoz y Córdoba CF».

Posteriormente fue presentado ante los medios extremeños, momento en el que destacó que estaba feliz, «nervioso, ilusionado y con ganas de empezar a trabajar». Y añadió que «me ha llamado la atención, sobre todo, la seriedad del proyecto, la ambición y el estar en un club que ha crecido de una manera brutal».

Sin embargo, el Córdoba CF no ha recibido ni siquiera una comunicación de Marrero o del Extremadura solicitando la rescisión del contrato del técnico con el Córdoba B, o ningún tipo de solicitud para poder marcharse.

Marrero tiene contrato con el Córdoba para entrenar al filial blanquiverde dos temporadas (hasta 2021), con sus correspondientes cláusulas, entre ellas, la más importante en vista de lo ocurrido, una cláusula de rescisión de un millón de euros.

Así las cosas, desde la entidad blanquiverde, además de la lógica sorpresa por enterarse por la prensa de que el entrenador de su segundo equipo ha firmado por otro equipo, hay cierta confusión sobre la forma en la que abordar el asunto, ya que entiende que es una rescisión unilateral de un contrato firmado, además, después de una situación parecida. De hecho, el club considera que Marrero sigue siendo el entrenador del Córdoba B.

El asunto toma tintes kafkianos. Y es que Marrero ya dimitió el pasado 27 de febrero del puesto en el filial. Entonces argumentó que se iba del Córdoba B «primero, por dignidad; segundo, porque se ha presentado una oportunidad única para un entrenador, de subir con unas condiciones deportivas y económicas que no se pueden pasar por alto».

Este periódico informó al día siguiente de la existencia de una cláusula de rescisión unilateral de su contrato con el Córdoba de 500.000 euros. Marrero, que llegó a despedirse de sus jugadores, tuvo que retirar su dimisión. Sin embargo, después de muchos tiras y aflojas y tras reunirse con el presidente, Jesús León, ambos firmaron un nuevo contrato por dos temporadas, con la ya explicada cláusula de rescisión de un millón de euros.

Es más, Juan Marrero debía incorporarse hoy al club blanquiverde para entrenar al filial. No parece que vaya a hacerlo, ya que ha firmado con el Extremadura B, donde ha sido presentado. La situación, absurda y difícil de entender, hace prever un entuerto para las dos (tres partes).